Home

Gente

Artículo

EL PEQUEÑO SALTAMONTES

Ramiro Valencia Cossio dejó la política y la profesión de abogado para dedicarse a la meditación trascendental.

31 de marzo de 1997

El nombre de Ramiro Valencia Cossio resulta conocido para los colombianos por su figuración como secretario general de la alcaldía de Juan Gómez Martínez y como gobernador de Antioquia. También porque con su hermano, el senador Fabio Valencia Cossio, han sido por años los dueños y señores del conservatismo antioqueño. Lo que pocos saben es que ahora Ramiro Valencia Cossio está dedicado a una actividad que tiene muy poco que ver con el clientelismo o con las maquinarias: enseñar a meditar. Discípulo del archifamoso gurú de los 90 Deepak Chopra, Ramiro Valencia Cossio ha sido en el último año el maestro e iniciador de 620 meditadores regulares en Medellín. Y entre las credenciales que ostenta para hacerlo -y que vive pregonando con orgullo-, está el haber podido levitar. "Claro que he volado -dice-. El vuelo yóguico es algo que se logra con una técnica. Simplemente, cuando uno está en silencio, sin pensamiento, le introduce a la mente un sutra, que es un deseo, y uno se levanta del suelo físicamente. Yo me he trasladado por ahí metro y medio, pero el récord de vuelo está en cinco metros y medio". Aunque sus contradictores políticos le dicen, en chiste, que eso no es gracia porque él siempre ha sido "un avión", Valencia Cossio explica muy seriamente la técnica y agrega que como no es un show no suele hacerlo en público. Pero aclara que su familia, y Juan Gómez Martínez, lo han visto volar. "No hay que ponerle misterio, mucha gente lo practica", dice Valencia, quien cuenta que hasta hace un tiempo, después de cada meditación, hacía cinco minutos de vuelo. "Ya no lo hago porque no puedo quedarme sólo en los recursos espectaculares que ofrece la mente y que podrían distraerme de mi propósito principal, que es lograr un mayor crecimiento espiritual". Ese ha sido su propósito desde que estaba de secretario general de la Alcaldía. "Mi esposa (Margarita Duque) comenzó un curso sobre meditación trascendental. Ojeando sus libros conocí los grandes efectos de esta técnica en la longevidad, la salud y la armonía interior. Entonces Medellín sufría su peor época de terrorismo. Al poco tiempo Juan Gómez y yo estábamos involucrados en el tema". Desde entonces Ramiro Valencia nunca ha dejado de reservar una hora diaria para la meditación. Aparte del vuelo yóguico, el momento culminante de su actividad como meditador llegó en 1994, cuando conoció a Deepak Chopra. "Siendo gobernador tuve la suerte de poder hablar profundamente con él y empaparme de su filosofía. Entonces le dije que quería ser profesor de su técnica de meditación, con la advertencia de que no entraría a ningún movimiento... quiero seguir siendo yo. En política es igual: siempre he dicho que no soy liberal ni conservador, sino todo lo contrario". Un año después a Ramiro Valencia Cossio le llegó la invitación para recibir instrucción en México, en compañía de 12 personas escogidas de todo el mundo. Esa oportunidad, que equivale a una audiencia papal para un católico, le permitió ingresar a las grandes ligas de la meditación. En agosto de 1995 acompañó a Chopra a un seminario en Argentina y entonces tuvo que hacer uso de sus dotes de orador para foguearse por primera vez con la teoría chopriana ante un auditorio de 135 personas, y en presencia del maestro. El nombramiento como embajador de Colombia en Nueva Zelanda lo obligó a suspender su actividad como instructor. Pero el día que renunció al cargo diplomático reanudó su labor. "En los seminarios que Chopra ha dictado en Bogotá, Caracas y Medellín me ha permitido que yo sea quien explique la técnica con el sonido primordial, que no es otra cosa que el sonido del universo al momento del nacimiento", dice.Desde hace un año la instrucción en la meditación copa la mayor parte de su tiempo. "Lo más interesante -dice- es que las empresas me han abierto las puertas". Y lo cierto es que en sus seminarios reúne más de un centenar de ejecutivos, empleados y trabajadores de empresas antioqueñas como Noel, Suizo, Comfama, Leonisa, Suramericana, que quieren mejorar su clima organizacional. Apartado de la política pero no ajeno totalmente a ella, Valencia Cossio sigue escribiendo los sábados una columna de opinión en El Colombiano y comentando el acontecer político en la emisión del medio día de Radiosucesos RCN de Antioquia. Sin embargo, afirma que cada vez se mete más en el mundo del crecimiento personal. Para este año tiene preparados dos seminarios: uno sobre 'el peso idea' y otro sobre 'cómo gerenciarse a sí mismo'. Y aclara que hay dos cosas en las cuales no se mete: "Las creencias de la gente, porque son muy personales, y la afectividad, porque eso se presta a manipulación". Como a sus pupilos, a este gurú paisa la meditación lo ha cambiado radicalmente. "Si usted me ve en una fiesta echando chistes creería que nada ha pasado. Pero la vida del espíritu trae plenitud. Y uno debe ser pleno para tomarse unos vinos, para hacer el amor o para hablar con sus hijos. El que piense que porque cultiva el espíritu debe ser aburrido, serio, cansón, monotemático o fanático, solo está cultivando el ego". Al preguntársele si la meditación le ha dado más satisfacciones que la política responde: "Yo siempre he sido feliz. He sido un mimado de Dios. He obtenido todo en la vida. A veces me pregunto ¿será que el Señor me tiene alguna sorpresa preparada?".