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EL REGRESO DE UN VETERANO

Un cuarto de siglo después de haberse retirado del periodismo, Alberto Zalamea regresa a orientar la nueva revista Cromos.

17 de agosto de 1992

EL REGRESO DE UN VETERANO
VER A ALBERTO ZALAMEA PONERSE A la cabeza de un nuevo proyecto editorial, evoca esas películas de vaqueros en las que un legendario sherifl peliblanco, quien había cumplido su misión y guardado sus pistolas años atrás, tiene que desempolvarlas ante un nuevo llamado y entrar en acción. La semana pasada apareció la nueva revista Cromos orientada por este veterano periodista y su regreso a la profesión de su juventud ha creado gran expectativa dentro del medio. Porque lo que nadie discute es que cuando Zalamea se retiró del periodismo era el mejor de su generación. Había sido el más joven jefe de redacción de El Tiempo, el último director de la revista SEMANA en su primera etapa, y el fundador de la revista La Nueva Prensa en los años 60. En todas estas actividades se caracterizó como una pluma ágil e independiente. Tal vez demasiado independiente y sus veleidades izquierdistas en los días de la revolución cubana le trajeron no pocos problemas. Cuando era director de SEMANA en 1960, por ejemplo, tomó la decisión de sacar a Fidel Castro en portada, haciendo un análisis objetivo de los inicios del proceso revolucionario. Fue tal la conmoción que produjo esa decisión periodística que los anunciadores en bloque retiraron la pauta y los propietarios cerraron la revista, la cual dejó de circular hasta su reaparición más de 20 años después. Posteriormente fundó La Nueva Prensa en donde apoyó la linea "dura" de Alvaro Uribe en el MRL, que propiciaba una alianza con el comunismo, contra la línea "blanda" de Alfonso López Michelsen.
Con el transcurso del tiempo, sin embargo, su ideología se fue moderando.
Los días de enfant terrible quedaron atrás y varios años de ejercicio diplomático, tanto en la FAO como en las embajadas de Costa de Marfil y de Caracas, lo hicieron reconciliarse con el establecimiento. Esta reconciliación llegó a tal punto que acabó convirtiéndose, con otros izquierdistas desilusionados como Plinio Apuleyo Mendoza y Carlos Lemos Simmonds, en uno de los intelectuales de derecha del país. Su prestigio en este campo lo llevó a figurar en las listas de la Constituyente por el Movimiento de Salvación Nacional de Alvaro Gómez y allí su equilibrio y sensatez lo convirtieron en una de las voces más respetadas de la Asamblea.
Con una hoja de vida de esta naturaleza, Alberto Zalamea es hoy una persona por encima del bien y del mal. Su aceptación al cargo de coordinador general de Cromos no está motivado ni por ambiciones personales ni por intereses económicos.
Se trata simplemente de ese amor a la profesión que tienen todos los que han sido periodistas y que, como dice la canción, ni se olvida ni se deja.