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EL ULTIMO KNOCK OUT

Otro récord mundial de Mike Tyson: dilapidó cerca de 100 millones de dólares en cuatro años.

23 de marzo de 1992

DESPUES DE pasar dos semanas sometido a los reflectores de la opinión publica que queria conocer todos los detalles de una violación, el hoy convicto Mike Tyson recibió la cuenta de sus abogados: cinco millones de dólares. La cifra que resulta exorbitante para cualquier cristiano, para Tyson no parecía mucho. En escasos cuatro años el boxeador produjo cerca de 100 millones de dólares.
Sin embargo, entre la cantidad de temas que ventiló el sonado juicio, salió a flote el de las finanzas de Tyson, dejando al descubierto una realidad bancaria, que está causando más conmoción que la que provocaran sus desafueros sexuales. Conmoción que están sufriendo también sus abogados, quienes no ven muy claro el futuro de sus honorarios. Aunque Mike Tyson no está precisamente arruinado, pues posee todavía alrededor de diez millones de dólares principalmente en finca raíz, del total de su fortuna han desaparecido no menos de 50 millones, una cantidad de dinero alucinante aún para el más compulsivo de los compradores. Cantidad además que corresponde a los cálculos de ganancias de Tyson por peleas, patrocinios publicitarios y derechos de televisión en estos cuatro años. La pregunta de hoy es: ¿Cómo hace alguien para gastarse 100 millones de dólares? Hasta hoy sólo existen datos fragmentarios obtenidos de sus declaraciones ante el juez y de historias que cuentan sus más cercanos allegados, pero a primera vista el desastroso resultado de sus finanzas tiene que ver con orgías de compras propias de los nuevos ricos, colaboradores que supieron sacar tajada, mujeres ambiciosas y abogados astutos. Pero, claro, ninguno de ellos pudo dilapidar la fortuna de Tyson más que él mismo.
Recién convertido en el rey del ring, "Iron Mike" decidió instalarse bien y compró una casa en Ohio por valor de siete millones de dólares. Pero cuando se casó con Robin Givens, quien presumía tener gustos muy refinados, ésta quiso algo más elegante y Tyson le facilitó 4.2 millones de dólares en efectivo, para que comprara una casa neogótica en un exclusivo barrio en New Jersey. El lugar de habitación era apenas el comienzo de su danza de los millones. Para él todo lo que brilla sí es oro -empezando por los dientes- y las joyerías norteamericanas tienen registros de tantas joyas compradas por él, como damas pasaron por su cama. El valor de su colección personal de alhajas se estima en seis millones de dólares.
El principio de atender a sus mujeres fue algo que le resultó especialmente costoso con su esposa y su suegra. Una vez la Givens dio el sí ante el altar, consiguió también una cuenta bancaria personal en la que Tyson depositó tres millones de dólares. Y para que Ruth, la madre de ella, no se sintiera dejada por fuera, le re-galó un BMW por valor de 85.000 dólares. Las mujeres, sin duda, son en su vida una debilidad. En cualquier lugar en el que se encontrara, mantenía cerca a un "equipo" de prostitutas para él y sus amigos, que promediadas en mil dólares el día cada una, arrojan una costumbre bastante onerosa.
Después de las mujeres, la mayor obsesión de Tyson son los carros. En sus cuatro años de estrellato logró conformar una flota de 30 automóviles entre Ferrari, Lamborghini, Cadillac y Rolls Royce. Esto lo convierte en una de las pocas personas en el mundo que tiene tres millones de dólares estacionados en varios garajes. Además, para lucir bien en sus lujosos autos, asistía con regularidad a desfiles de modas masculinos en los que compraba a manos llenas trajes, no por bonitos sino por nuevos. No repetía vestido que podía haberle costado alrededor de dos mil dólares.
Como toda persona convertida en ídolo de la noche a la mañana, Tyson consideraba sinónimo de estatus no hacer nada por él mismo, y por lo tanto mantenía una cuadrilla de asistentes que vivían -ellos y sus familias- todos de sus cuentas bancarias. Pero quizás los que más se beneficiaron del desorden monetario del boxeador fueron sus managers. Bill Cayton y Jimmy Jacobs obtenían cada uno un tercio de los ingresos ganados en la lona y fuera de ella. Además, durante el juicio, Tyson los acusó de haber cargado a su cuenta bancaria un millon y medio de dólares en deudas que correspondía a ellos pagar. El dinero salía de sus manos a caudales.
Pero quizás uno de los más abultados rubros de gastos en el balance de Tyson, es el de los pagos por asesoría jurídica en las varias veces que se enfrentó a los tribunales. Su actual manager, Don King, asegura que el boxeador pagó "varios millones de dólares" en pleitos por difamación, incumplimiento de contratos y asalto sexual. A esos se suman otros tantos que ha tenido que entregar en juicios por paternidad responsable.
El último asalto que terminó en violación pone ahora a las puertas de Tyson el pago de una cifra que hasta hace poco era para él dinero de bolsillo, pero que arrastrado en el torbellino de la fama se convierte hoy en una deuda difícil de pagar. -