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EL VIDEO DE LA MUERTE

El famoso 'Doctor Muerte' está dispuesto a ir a la cárcel con tal de legalizar la práctica de la eutanasia en Estados Unidos.

4 de enero de 1999

Jack Kevorkian, el famoso 'Doctor Muerte' que lleva años insistiendo en la necesidad de legalizar en Estados Unidos la práctica de la eutanasia, ha vuelto a hacer de las suyas. Luego de haber reconocido su participación en la muerte voluntaria de unos 130 pacientes terminales en los últimos ocho años, el excéntrico patólogo de Michigan resolvió mostrar en público un video en el que aparece él mismo suministrándole una sustancia letal a un paciente. Se trataba de Thomas Youk, un hombre de 56 años que ya estaba desahuciado.
El video, transmitido por el programa 60 minutos de la cadena de televisión CBS, ocasionó el arresto del polémico doctor. Las imágenes, que ya le dieron la vuelta al mundo, son la principal evidencia en contra de Kevorkian, quien en tres oportunidades anteriores ya había sido juzgado y declarado inocente en el caso de suicidio asistido por falta de pruebas. Ahora que las hay, ellas mismas se han convertido paradójicamente en su mejor arma en la lucha por revivir el tema de la eutanasia en las altas esferas jurídicas de Estados Unidos, donde esta práctica se encuentra prohibida.
Para nadie es un secreto que Kevorkian, de 70 años, ha invertido parte de su vida en hacer todo lo contrario a lo que prometió cuando hizo el juramento hipocrático. Quienes lo conocen saben que está obsesionado con la muerte, al punto de que en su calidad de compositor de música jazz sacó dos discos cuyos títulos hablan por sí solos: Naturaleza muy muerta y Una vida muy quieta.
Curiosamente, aunque todas las evidencias están en su contra, el magistrado del estado de Michigan Robert Crawford le concedió la libertad luego de fijarle una fianza de 750.000 dólares y de hacerle prometer que no participará en "cualquier acción que se utilice para quitar la vida humana".
Sin embargo el proceso contra Kevorkian está lejos de culminar. Según las leyes de Michigan sobre suicidio asistido podría ser condenado a cinco años en prisión, más siete años por suministro de una sustancia controlada.
Los países que le han dado el visto bueno a la eutanasia activa en pacientes terminales se pueden contar con los dedos de la mano. Colombia es, desde el año pasado, uno de ellos, lo mismo que Holanda y Australia. Según las estadísticas, el 1,8 por ciento de las muertes en los Países Bajos son provocadas por eutanasia.
Pero más allá del debate ético y religioso alrededor de la autoridad humana para disponer de la vida, hay quienes dicen que el principal enemigo de su aprobación es el recuerdo de los asesinatos que cometió Hitler amparado en la idea de promover el exterminio de los débiles en favor de una raza pura. Por cuenta de esta aberración filosófica fueron asesinados miles de niños con defectos de nacimiento y otro tanto de enfermos mentales, un horrible legado que todavía marca las conciencias de miles de juristas.
Aún así Kevorkian sigue adelante y, al parecer, está dispuesto hasta pagar sentencia con tal de que el tema no se archive en el cajón de los proyectos desahuciados.