EL VIEJO BUGS

Después de cincuenta años. Bugs Bunny sigue siendo una mina susceptible de ser explotada en más de un sentido. Además de los eventos que en torno a su visita se producen esta semana en Bogotá, sus productores norteamericanos han ideado una fórmula para darle continuidad a este serial en el público infantil contemporáneo. En la misma forma en que Bugs Bunny, cada vez que está atrapado en un lío que parece no tener salida toma de la manga un "viejo truco" que lo saca de apuros, la Warnel Brothers, se jugó una carta que bien puede asegurar la longevidad de su estirpe otros cincuenta años. Ahora, cuando el Conejo de la Suerte cumple medio siglo como estrella de los animados, la productora entregó a Steven Spielberg el niño genio de Hollywood y experto en atrapar audiencias de todas las edades la responsabilidad de producir una nueva generación de conejos ingeniosos. Spielberg es el exitoso director de algunas de las películas más taquilleras de los últimos tiempos (E.T., Indiana Jones, La Historia Sin Fin, Los Gremlins y Regreso al Futuro).
Babs Bunny, Buster Bunny, Elmyra, Hamton, Dizzy Devil y Montana Max, son algunos de los nuevos caracteres que, aunque no son hijos del viejo Bugs, continuaran la dinastía de los animados exitosos y actualizaran una filosofía de entretenimiento con la que crecieron dos generaciones.
Como en cualquier familia que se respete, los nuevos personajes heredaron mucho de su famoso pariente. El Conejo de la Suerte, dice uno de sus dibujantes, "es el hombre común. Si el hombre común, además de inteligente y divertido, fuera conejo". Lo cierto es que las aventuras de Bugs y su permanente enfrentamiento con Elmer Gruñón, forman hoy parte de esa cultura universal que los medios de comunicación crearon en el siglo XX. Bugs tiene en su personalidad muchas de las características humanas que la generación del medio siglo -la de la posguerra- intentó imponer en el mundo. Aunque algunos lo consideran demasiado "maloso", el conejo es un libre pensador ingenioso que demuestra inmensas habilidades de autocontrol cuando las cosas se ponen difíciles. Es también bastante pacífico e invariablemente aplica a sus enemigos una estrategia en tres etapas: primero trata de comunicarse con el agresor ("¿Qué hay de nuevo viejo?"), luego intenta las más variadas estrategias de negociación y finalmente arremete con un ingenio demoledor. Sus descendientes van un poco más allá. A diferencia de Elmer, quien no se rinde en su intento de cazar a Bugs con su escopeta, Babs y Buster Bunny no conocen de armas. En la nueva serie, por decisión de sus productores, no se dispara un solo tiro.
Gran parte de la "suerte" de este famoso conejo tiene que ver con su impresionante habilidad para sortear situaciones adoptando diferentes personalidades y actitudes. En cosa de segundos Bugs da saltos en el tiempo, es hombre o mujer, rubio o pelinegroi habla cualquier idioma y sabe de todas las cosas. La nueva generación tiene estas virtudes repartidas en cada uno de sus personajes.Según Spielberg, "los nuevos son tan irreverentes como los clásicos. Toman algun sabor de su antepasado pero son totalmente contemporáneos. Como la mayoría de los niños de hoy, son adolescentes atrapados en un mundo adulto. Su única salida es la inteligencia y el humor."
Pero a diferencia de Bugs, que vive sus aventuras en un espacio cuyo epicentro es su cueva la que se ha negado a remodelar durante 50 años los nuevos personajes, según Spielberg "hacen más correrias por el mundo de lo que jamás se imaginó Indiana Jones" . Uno de los aspectos de la personalidad de Bugs Bunny que los productores quisieron mantener en la nueva serie, es su amor por los goces mundanos (comer zanahorias, bañarse en la tina, cantar melodías de su autoría y oír música) y su desprendimiento por las cosas materiales .
"Bugs nunca ha sido susceplible a la intoxicación que en este mundo producen la riqueza y el poder" afirma su productor.
Total, la nueva serie con sus jóvenes protagonistas, estará en el aire en septiembre en los Estados Unidos. Mientras tanto, Bugs Bunny se lo toma con más calma y celebra sus cincuenta años de vida en Bogotá esta semana.