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| Foto: A.F.P.

PERSONAJE

Emily Blunt se volvió estadounidense, y se arrepiente

La actriz renunció a su reina por ahorrarse unos dólares en impuestos, pero su humor parece aún muy británico para Estados Unidos.

10 de octubre de 2015

No es la primera y no será la última celebridad en cambiar su nacionalidad por razones económicas. La actriz Emily Blunt, recordada por sus roles como la joven reina Victoria y como la asistente despiadada en El diablo viste de Prada, recibió recientemente la nacionalidad estadounidense y confesó al diario británico The Times que lo hizo para ahorrarse unos dólares. Su estatus de celebridad no le ahorró pasar por todos los procesos, responder a todas las preguntas y renunciar a su querida reina Isabel. Pero no pasó mucho tiempo antes de que su humor británico la traicionara. En un acto de promoción de su cinta Sicario, le dijo al Hollywood Reporter: “Hace poco me convertí en ciudadana estadounidense, y vimos el debate republicano y pensé ‘Esto fue un terrible error, ¿qué he hecho?’”. De inmediato los más radicales la crucificaron en redes sociales por malagradecida, pero esto no endulzó sus opiniones y en un talk show reafirmó sus dudas: “La gente me pregunta si fue emocionante y yo respondo que no, me gustaba ser británica”. Sin importar la reacción de los estadounidenses, Blunt, casada con el actor de televisión John Krasinski desde 2010, es tan conciudadana como cualquiera de acuerdo a la ley, en un país que se precia de su libertad de expresión.