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| Foto: EFE

Emparrandado

El Carnaval de Río de Janeiro tuvo un invitado muy especial este año: Alberto de Mónaco.

16 de febrero de 2013

El Carnaval de Río de Janeiro tuvo un invitado muy especial este año: Alberto de Mónaco. El príncipe participó en el desfile del Sambódromo junto a la comparsa de la escuela de samba de Portela. Aunque se puso sombrero y gafas oscuras para pasar desapercibido, un reportero lo descubrió mientras bailaba entre garotas y turistas tan eufóricos como él. Pero lo curioso no es que haya ido al carnaval –después de todo, es bien sabido que es amante de la parranda–, sino que su esposa, Charlene, no apareció por ningún lado. Desde que se casaron, la prensa sugiere que no se aman y es cada vez más frecuente que los príncipes hagan apariciones públicas solos. La rumba de Alberto no hace más que alimentar los rumores de que ese matrimonio fue únicamente por conveniencia y que él sigue viviendo la vida loca de cuando era soltero.