En las ligas mayores del arte

La colección de arte de Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza es una de las más prestigiosas del mundo y cuenta con obras de grandes pintores clásicos. Cuando el noble murió, su hija, Francesca von Habsburg, continuó con el legado de su padre. Sin embargo, en lugar de seguir el estilo clásico que él procuró, Francesca se dedicó a encontrar los mejores artistas contemporáneos a través de su fundación. Fue así como llegó a la obra de José Covo, un estudiante de Arte de la Universidad de los Andes. Con tan solo 24 años, este cartagenero realizó su primera exposición en la galería Valenzuela Klenner de Bogotá, donde exhibió 30 de las cerca de 60 piezas de la serie No tengo hambre. El joven artista describe su obra como "algo que despierta cierta reminiscencia y un sentimiento nostálgico y decadente, que por eso mismo es muy bello". La mezcla de inquietud y fascinación que generan sus cuadros también capturó la atención de la coleccionista suiza, que decidió comprar una de las seis obras que Covo vendió en su exposición inaugural.