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En la ruina

7 de noviembre de 2009

Cualquiera podría pensar que una de las ventajas de casarse con un miembro de la realeza es tener seguridad económica para siempre. Pero no ha sido así para Sarah Ferguson, duquesa de York, divorciada del príncipe Andrés de Inglaterra y madre de sus dos hijas. La ex nuera de la reina Isabel II confesó a la revista Hola que perdió su dinero en su empresa Hartmoor, que fundó en Estados Unidos para promover su carrera editorial y temas de estilo de vida. La compañía fracasó, según ella, por los malos manejos de quienes estaban a cargo de la dirección. Las deudas de Sarah superan un millón de dólares y al parecer existen varias demandas en su contra. Es tal su situación, que perdió su casa y no tuvo más remedio que mudarse al cuarto de huéspedes de la residencia de su ex marido, conocida como Royal Lodge. Quizá por eso asegura que Andrés, padre de sus dos hijas, ha sido su gran apoyo en esta crisis.