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Esta es la polémica foto de la revista VSD que pese a la demanda la publicación mantienen aún en su página web.

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"Es 'innecesario' sacar a la primera dama en bikini"

Condenan a una revista por publicar una foto de la compañera sentimental del presidente francés en bañador.

5 de septiembre de 2012

¿Tiene algún interés para una sociedad ver a su primera dama en bikini? ¿Aporta a la discusión pública observar en mini prendas a una influyente mujer? Son algunas de las preguntas que se hacen los franceses en los programas de opinión tras el escándalo provocado por la revista VSD que puso en su portada una imagen de Valérie Trierweiler, compañera sentimental de François Hollande, justo a punto en que la pareja iba darse un baño en el mar.
 
Trierweiler no tuvo dudas: “Violaron mi intimidad”. Y de manera expedita demandó a la publicación y la justicia acaba de dictar sentencia: “En un país en el que el derecho a la imagen y el respecto de la vida privada son sagrados y justifican un tratamiento judicial en urgencia, el tribunal acaba de darle la razón. El semanal ha sido condenado a una multa de 2.000 euros en concepto de daños y prejuicios. Se trata de una victoria a medias para la inquilina del Elíseo, que reclamaba 30.000 euros”, dice el diario El País.
 
El periódico español agrega que justicia francesa se toma muy en serio el “derecho de todos al respecto de su vida privada” estipulado en el artículo 9 del código civil. El rotativo recuerda que los tribunales ya dieron la razón a la princesa Carlota de Mónaco en su lucha con la prensa esta primavera, al condenar a diferentes revistas por publicar unas imágenes de la hija de Carolina con el cómico francés, Gad Elmaleh. También el actor Vincent Lindon logró multar reciente a Voici por publicar unas instantáneas de su presunto idilio con la política Rachida Dati.

“No era necesario para la legítima información del público mostrar a la compañera del presidente de la República en la playa del fuerte de Brégançon”, en la costa Azul donde veraneó la pareja, “en contra de su voluntad”, indica en su decisión tomada este martes la jueza Anne-Marie Sauteraud. “Las imágenes no pueden ser calificadas de anodinas, en particular teniendo en cuenta que la retratan en bañador cuando ella nunca aceptó posar los objetivos en este traje”, añade.

La jueza sin embargo considera que la primera dama “no podía ignorar el riesgo de ser fotografiada en la playa de la residencia oficial del jefe de Estado, la cual, aunque no esté abierta al público, es visibles desde el mar”, por lo que limita la multa a 2.000 euros. La propia Trierweiler había explorado la zona antes de iniciar el periodo de descanso allí para controlar los posibles puntos de vista de los paparazis que abundan en la zona.

El País recuerda que la fotografía en cuestión, tomada a mediados de agosto, mostraba a Trierweiler en biquini negro, cogida del brazo de Hollande, entrando al agua en la playa que se encuentra frente a la residencia estival presidencial. En portada, VSD titulaba Normales hasta en el bañador, un guiño a la imagen de normalidad asumida por el mandatario y de la que había hecho alarde en los días anteriores posando para las cámaras de fotógrafos y turistas mientras paseaba con su compañera por las calles del pueblo vecino de Bornes-les-Mimosa. La juez de hecho aclara con algo de ironía que la instantánea “tampoco puede constituir una ilustración pertinente de la normalidad reivindicada por la pareja presidencial”. La revista ya ha anunciado que recurrirá la decisión.

También publicó imágenes de polémica serie la revista Paris Match, aunque a diferencia de VSD no las llevó a portada. Pero sobre todo, se trata del magazine para el que Trierweiler trabaja desde hacía décadas y en el que sigue publicando dos crónicas culturales mensuales. La primera dama ha preferido no enfrentarse a su empleador en los tribunales, dejando al descubierto la dificultad de asumir su nuevo papel público sin renunciar a su profesión de periodista.