Falsa confesión

“Yo amaba a JonBenet Ramsey. Estaba con ella cuando murió”. Esa confesión, hecha por un hombre llamado John Mark Karr hace pocas semanas, hizo pensar que estaba resuelto el caso del asesinato de la reina de belleza infantil que conmocionó a Estados Unidos hace 10 años. La mayor sorpresa llegó cuando se supo que ello no fue así. Las pruebas de ADN realizadas al sospechoso no coincidieron con el material genético encontrado en el cuerpo de la niña de 6 años que el 26 de diciembre de 1996 apareció estrangulada y con la cabeza fracturada, en el sótano de su casa en Boulder, Colorado. La primera afectada fue la fiscal Mary Lacy, criticada por haber detenido a Karr sin evidencia forense. Pero aunque ella reconoció que no tenía pruebas contundentes para extraditarlo desde Tailandia, no le faltaban buenas razones. Entre ellas estaba el hecho de que fue denunciado por Michael Tracey, productor de documentales sobre el caso, quien tras intercambiar mensajes electrónicos con él, encontró que conocía demasiados detalles del crimen. En respuesta, Gary Harris, vocero de la familia de Karr, dijo que “él ha estado obsesionado con este caso por mucho tiempo. Puede que tenga muchos problemas de personalidad, pero no es un asesino”. John, quien era profesor escolar y tiene antecedentes relacionados con pornografía infantil, al parecer planeaba cambiarse de sexo y en un mensaje le habría escrito a Tracey que pensaba convertirse en niñera. Y que quería ser famoso para cumplir el sueño de ser interpretado en el cine por el actor Johnny Depp.