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Dacre Stoker y el escritor Ian Holt (izquierda) dicen que sintieron que Bram Stoker los guió mientras escribían la secuela. Arriba, Bela Lugosi en la famosa adaptación de 1931

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Fiebre de sangre

Un siglo después de la publicación del libro de Bram Stoker llega la secuela literaria de ‘Drácula’. El furor vampírico se toma las letras, el cine y la televisión.

7 de noviembre de 2009

EL Conde Drácula, el más famoso de los vampiros, peleó la última batalla en una montaña en Transilvania al amanecer. Fue decapitado por sus cazadores y su corazón fue atravesado por una estaca. Entonces se hizo polvo y así pareció desvanecerse de la faz de la tierra. Drácula, creado por el autor irlandés Bram Stoker, se convirtió en un clásico del horror en la literatura, el cine y la televisión, y su historia ha cautivado por más de un siglo a millones de personas.

Hoy, 112 años después, el legendario Conde ha regresado. Dacre Stoker, descendiente del autor, quien hasta hace poco jamás se hubiera atrevido a escribir, ha traído al vampiro original de vuelta a las librerías. Drácula, el no muerto, es la secuela de la historia de 1897 y fue escrita por iniciativa de su coautor Ian Holt, especialista vampírico. “Ian tenía la idea de escribir una continuación con un miembro de la familia Stoker. Jamás había hecho algo así antes, pero como atleta entrenado supe que podía fijar mis metas y cumplirlas. Además sabíamos exactamente donde empezar”, dijo Dacre a SEMANA. Relató también que el nuevo libro está basado en las notas que el propio Bram Stoker escribió y que hasta hace poco estaban en un museo. La historia tiene lugar en Londres 25 años después de la supuesta muerte del Conde y narra la evolución de los personajes, cuyas vidas han sido marcadas por la traumática experiencia con el vampiro. “Nos dedicamos a atar cabos y a revivir las líneas de la historia que habían quedado inconclusas. Fueron seis años de trabajo, pero el momento para publicarlo no podría ser mejor”.

Y es que la secuela de la historia de Drácula llega en una época en que los vampiros tienen fascinado al público. Por una parte, está el fenómeno de Stephenie Meyer, autora de Crepúsculo, una saga de cuatro libros de la que se han vendido cerca de 70 millones de copias en 38 idiomas y de la que se han hecho dos películas. La primera ha recaudado cerca de 400 millones de dólares y la segunda será estrenada en noviembre en Colombia. La autora, incluso, desbancó el libro final de Harry Potter del primer lugar de ventas. Los vampiros de Stephenie son urbanos, modernos, adolescentes eternos que han renunciado a la sangre humana y se alimentan de animales salvajes que cazan de noche. A este boom mediático que tiene a los jóvenes agolpándose en las librerías y los cines, se suman dos series de televisión en Estados Unidos, The Vampire Diaries y True Blood; una en el Reino Unido, Being Human, y una serie de cómics, American Vampire, desarrollada por el ‘rey del terror’, Stephen King.

Colombia también se une a la fiebre con Vampyr, la primera novela de Carolina Andújar, una homeópata caleña que ha cautivado al público español y latinoamericano. “Los vampiros me persiguen desde niña, y las nuevas novelas me desilusionaban porque les faltaba pasión. Por eso decidí escribir ‘Vampyr’, que es el libro de vampiros que siempre quise leer”, dijo a SEMANA. Para ella, los vampiros nunca han pasado de moda, pues siempre han estado presentes en los medios. Desde el Drácula de Francis Ford Coppola; la versión del cine de Entrevista con el vampiro, de Anne Rice, e incluso la serie televisiva Buffy, la cazavampiros, estas criaturas fantásticas siempre han ejercido una poderosa fascinación. “En ellos lo oscuro y el magnetismo están en perfecto equilibrio. Tienen el poder sobrenatural de un mundo sombrío que a su vez insinúa un potencial ilimitado de belleza”, dice Carolina. Para Dacre, ellos representan el mal del que todos los hombres son capaces, “creo que los vampiros encarnan nuestro deseo de poder, romance y emoción y al hacernos pensar en la inmortalidad, superan el miedo más grande de los hombres”.

Son románticos, poderosos, sensuales y apasionados, justo lo que cautivaría a cualquier mujer, desde Mina Harker, la eterna amada de Drácula, hasta las jóvenes de hoy. “Por eso ellos atraen más al género femenino”, le dijo Dacre a SEMANA, pues “el vampiro es el chico malo por excelencia y puede hacerlas inmortales”. Para Ashley Harness, escritora y editora del portal de literatura Vampires.com, esta nueva fiebre incluso podría estar vinculada a la crisis económica. “Vemos a los vampiros acaudalados, bien vestidos y hermosos, individuos que toman todo de otros para sostener ese estilo de vida, y nos sentimos muy tentados a emularlo. Estamos viviendo nuestra más oscura fantasía a través de esas historias”.

Clásicos o modernos, en Transilvania o en Estados Unidos y hasta en Colombia, cada generación tiene sus vampiros, pero su esencia es la misma y por eso la fascinación sigue intacta. “Drácula no tiene nada de qué preocuparse con los vampiros de hoy. Él es el rey y ningún vampiro con iPod puede quitarle su lugar”, dice Carolina. “El Conde es versátil y persistente –afirma Dacre– ,es difícil acabar con él, así que estoy seguro de que estará entre nosotros por mucho tiempo”. Parece que el legendario vampiro no desaparecerá de nuevo, pues, al fin y al cabo, es inmortal. Y su encanto es eterno.