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Filosofía Simpson

14 de noviembre de 2009

El vago, panzón y desvergonzado patriarca Homero Simpson siempre se sale con la suya a pesar de sus torpezas y es para muchos un ídolo. Pero a pesar de la fascinación que su conducta antisocial puede despertar, es difícil imaginárselo como un pilar de la sabiduría o ver en sus metidas de pata una enseñanza. Pero no para los 20 académicos estadounidenses autores de Los Simpson y la filosofía, quienes ven en el personaje amarillo claras representaciones de los más grandes del pensamiento como Sartre, Nietzsche, Marx y Aristóteles. De acuerdo con uno de los ensayos de la obra, Homero es virtuoso según la definición de Aristóteles. Por ejemplo, demuestra templanza y no estupidez "cuando come el jamón caducado en el Badulaque, se pone malo y acaba en urgencias en el hospital, y no denuncia a Apu sino que se tranquiliza de inmediato cuando este último le ofrece cuatro kilos de gambas en mal estado". Y aunque él es protagonista de la mayoría de sus ejemplos, sus hijos no se quedan atrás. Lisa representa el anti-intelectualismo estadounidense y Bart la virtud de la maldad nietzscheana. El libro es una idea del profesor William Irwin del Kings College en Cambridge, quién dicta allí una clase con el mismo nombre, y acaba de ser traducido al español luego de su éxito en Estados Unidos.