Fin del enigma

Tuvieron que pasar 32 años para que la Justicia australiana resolviera el misterio de la muerte de Azaria Chamberlain. La bebé, de solo 9 meses, desapareció la noche del 17 de agosto de 1980 mientras su familia acampaba en Uluru, una de las principales atracciones turísticas del país. Sus padres, Michael y Lindy Chamberlain, siempre sostuvieron que un dingo (un perro salvaje) se había llevado a su hija de la tienda de campaña y por eso no habían podido dar con su cadáver, pero las autoridades nunca aceptaron su versión. Lindy fue condenada a cadena perpetua por asesinato y su esposo, tildado de cómplice. La mujer pasó tres años en prisión hasta que la Policía encontró rastros de la ropa de la niña en el sitio de la tragedia que pusieron en duda su responsabilidad. Lindy recuperó su libertad en 1986 y solo la semana pasada una juez decidió darle la razón. La historia, además de provocar grandes titulares en la prensa australiana, sirvió de inspiración para la película Un grito en la oscuridad, protagonizada por Meryl Streep y nominada a un Óscar en 1989. Después de tantos años de especulaciones, los Chamberlain por fin dormirán en paz. “Estamos aliviados de que esta saga acabe –dijo Lindy a la salida del juzgado–. Ahora Australia ya no podrá seguir diciendo que los dingos no son peligrosos”.