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Freda Kelly fue secretaria de los Beatles durante una década. Compartió con ellos el ascenso a la fama y muchas intimidades que ahora revela en un documental.

DOCUMENTAL

Freda Kelly es la quinta Beatle

Freda Kelly trabajó como secretaria de los Fab Four durante una década. Cincuenta años después, cuenta por primera vez cómo era por dentro el cuarteto más popular del siglo XX.

23 de noviembre de 2013

En 1961 los Beatles tocaban frecuentemente en el bar The Cavern, en Liverpool. El sitio olía a cerveza y sudor, y como quedaba frente a un mercado, también apestaba a fruta rancia. Un día, durante su hora de almuerzo, Freda Kelly fue con una compañera del trabajo a escuchar a la banda. Quedó encantada. En los meses siguientes, los chicos tocaron 294 veces y Freda estuvo ahí unas 190. Inevitablemente se hizo amiga de los músicos, quienes muchas veces la llevaban a su casa después de las presentaciones. 

En 1962, cuando Brian Epstein aceptó ser el mánager de la banda, también le ofreció a Freda convertirse en su secretaria. Era el trabajo de los sueños de cualquier niña de 17 años así que, en contra de la voluntad de su padre, aceptó. Estuvo con ellos hasta 1972, de principio a fin. Cincuenta años después, acaba de aparecer un documental llamado Good Ol’ Freda donde la secretaria revela por primera vez todas las intimidades que compartió con los Beatles. 

De oírlos tocar en un bar de su barrio, ante unas cuantas decenas de personas, Freda pasó a escuchar sus canciones en la radio y a verlos aparecer en televisión. Pero realmente notó su popularidad cuando comenzó a recibir 800 cartas diarias de admiradoras de los Beatles. Manejar el club de fans era parte de su trabajo, por eso trataba de cumplir los deseos de las enloquecidas remitentes, que le pedían desde mechones de pelo de John hasta ropa de Paul. 

Freda las complacía: cuando los chicos iban a la barbería, ella guardaba los mechones; y si se les rompía alguna franela, la tomaba y la cortaba en pedazos que luego enviaba a las fanáticas. Una vez, una chica le mandó la funda de su almohada para que Ringo durmiera en ella y luego se la devolviera. Freda le pidió a la mamá del baterista que lo convenciera de hacerlo. 

Pero aunque era un trabajo emocionante, también fue desagradecido. Los jóvenes que entraron a trabajar con ella fueron promovidos a asistentes poco después, mientras que Freda se mantuvo siempre en el mismo cargo. Era un mundo de hombres y, aunque la querían, la única mujer entre ellos terminaba por pasar desa-percibida. Durante los conciertos, por ejemplo, cuando trataba de ir tras bambalinas a llevar algún encargo, los de seguridad le impedían el paso, pensando que era una fanática impostora. 

Pero nada de eso le impidió ser durante una década la envidia de millones de mujeres. Muchos medios la buscaron para entrevistarla y al menos seis editoriales ofrecieron publicarle sus memorias, pero Freda siempre se negó. Finalmente se decidió a contarle todo a Ryan White, director del proyecto. 

“Freda es una persona muy privada y sigue siendo leal a los Beatles, —dijo a SEMANA Kathy McCabe, productora del documental— por eso abrirse le tomó tanto tiempo. Pero se decidió cuando nació su nieto Niall. Freda quería que él supiera lo que ella había hecho en los años sesenta”. 

Y sí que fue importante en esos años. No solo como secretaria de la banda sino como confidente de los integrantes y, quizás, amante. Reveló que todos los Beatles le gustaron en algún momento y, cuando le preguntaron si pasó algo con alguno, contestó: “Éramos adolescentes, usa la imaginación”. 

Freda era muy cercana a Lennon, a quien describe como “un hombre de muchos humores”. Recuerda que, cuando murió en 1980, ella no podía dejar de pensar en que él le había dicho: “No estaré aquí cuando tenga 40 años”. Lo asesinaron dos meses después de cumplirlos. 

Paul McCartney anunció la separación de los Beatles en 1969 y Freda siguió trabajando para ellos, oficialmente, hasta 1972. La verdad es que tres años después aún recibía y contestaba todas las cartas que les llegaban a ellos. “No puedes simplemente cerrar un club de fans de la noche a la mañana”, pensaba Freda. Y tenía razón: 50 años después de hacerse famosos, los Beatles siguen siendo una de las bandas más populares del siglo XX, con millones de fanáticos en el mundo entero.