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Gato por liebre

El escándalo de travestismo en un 'reality show' británico, con demandas judiciales incluidas, reavivó el debate en Europa sobre la calidad de esa clase de televisión.

8 de diciembre de 2003

El premio que ofrecía el concurso de la televisión británica era fantástico: 17.000 dólares y una semana de pasión en un yate a solas con la despampanante brasileña Miriam. Pero lo que no sabía el afortunado ganador ni los televidentes dejó boquiabiertos a todos. La bella Miriam resultó ser un travesti.

El escándalo se desencadenó la semana pasada cuando los seis concursantes demandaron por "conspiración de asalto sexual, difamación y daños sicológicos" a la cadena inglesa Sky One y el canal se vio forzado a suspender su programa Algo pasa con Miriam, que tenía previsto iniciar emisiones el 16 de noviembre último y se perfilaba para batir todos los récords de sintonía.

Con la demanda en los tribunales, el programa embargado y los concursantes abochornados, Algo pasa con Miriam se ha convertido en el reality show más polémico del momento en Europa, luego de que el ganador haya rechazado el premio de dinero y amor con Miriam.

El teleconcurso fue diseñado por Endemol, multinacional holandesa creadora de Gran hermano. Se trataba de un juego en el que seis hombres tenían que competir por seducir a una hermosa joven que al final elegiría a uno de ellos para pasar una semana de amor.

Cientos de aspirantes se presentaron al casting inicial y los productores seleccionaron a los seis más varoniles y atractivos, entre ellos un soldado de la Real Marina Británica, un profesor de esquí y un ex guardaespaldas. Los concursantes fueron llevados a una mansión en la isla de Ibiza, España, donde les pidieron que escogieran a la más hermosa de entre un grupo de mujeres a la cual debían de conquistar. Ninguno de ellos dudó y por unanimidad eligieron a Miriam.

Las grabaciones del programa se realizaron el verano pasado en Ibiza durante tres semanas, en las cuales cada concursante usó todos los argumentos a su alcance para seducir a la hermosa Miriam. Piropos, poemas, canciones, flores y declaraciones de amor, todo valía. Incluso Miriam se prestó a largos masajes con aceites y a sesiones de pintura sobre su cuerpo. El interés se centraba en los más osados en la tarea de cautivarla y en muchos momentos íntimos Miriam se besó con varios de ellos. En el episodio final, 'ella' eligió a uno de los concursantes, ante quien se levantó la falda para mostrarle sus atributos masculinos y la cámara grabó el rostro de perplejidad del ganador.

Pero estas escenas no podrán ser vistas. La demanda impide a Sky One y a Endemol utilizar o difundir el material grabado e incluso las fotografías promocionales de Miriam. Rod Christie-Miller, abogado de los concursantes, comentó a SEMANA que sus clientes sufrieron un "efecto sicológico devastador, que se habría multiplicado millones de veces si todos los episodios se hubieran emitido", ya que algunos de ellos besaron y acariciaron a Miriam ante las cámaras "porque estaban convencidos de que era una mujer".

El abogado alega que los concursantes jamás fueron advertidos de que Miriam era un transexual no operado y que "fueron sometidos al más absoluto ridículo", incluso antes de que el programa fuera emitido, pues en todo momento los 70 miembros del equipo de producción de Brighter Pictures (filial de Endemol en Gran Bretaña) animaron a los jóvenes a tener relaciones con Miriam.

Uno de los miembros de Brighter Pictures dijo que el equipo de producción se puso de acuerdo para no mencionar la sexualidad de la protagonista, "porque Miriam es un transexual, ni hombre ni mujer; ella es una criatura magnífica". Miriam, de 21 años, también ha salido en defensa de la productora con el argumento de que los seis concursantes siempre intuyeron su condición sexual y, sobre todo, que la eligieron a ella entre un grupo de mujeres bonitas.

El diario británico The Media Guardian aseguró que la ira de uno de los concursantes fue tal que andaba buscando al productor del programa para "sacudirlo a puñetazos". Los expertos estiman que Sky y Endemol deberán pagar al menos 1,7 millones de dólares a los concursantes pese a que les hicieron firmar varias cláusulas de consentimiento.

Algo pasa con Miriam muestra la tendencia hacia lo extremo que tienen actualmente los reality shows en los países industrializados y sigue el patrón de Joe millonario, el concurso de Endemol para la cadena Fox que barrió en sintonía en Estados Unidos. Joe era un albañil, pero los productores le hicieron creer a las concursantes que era el heredero de una fortuna de 50 millones de dólares para que ellas estuvieran dispuestas a conquistarlo. La meta fue definir a la ganadora y filmar, en primer plano, la reacción de la joven al saber la verdadera condición de Joe.

Tras el éxito de Gran hermano Endemol se convirtió en la más grande productora global de reality shows, tiene oficinas en 23 países del mundo y su segundo producto estrella es Factor miedo, que experimenta con los temores y la repugnancia de las personas. El programa para Bélgica, Holanda, Gran Bretaña, Rusia, México, Francia y Canadá se grabó en Buenos Aires, donde muchos de los concursantes tuvieron que comer ojos de toro o vísceras crudas en un recipiente lleno de gusanos vivos. El formato se estrenó en 2001 en Estados Unidos con récord de audiencia y la prensa calificó de "inhumanas" las reglas luego de que los concursantes fueran encerrados a oscuras en un cajón semejante a un ataúd con 400 ratas vivas.

En Rusia, el programa más exitoso se llama Hambre. Por un premio vitalicio de 1.000 dólares al mes para el ganador, 12 personas fueron encerradas en un contenedor sin dinero ni comida y abandonadas a las afueras de Berlín, con la misión de buscar alimento y sobrevivir sin conocer el idioma y en un mundo desconocido para ellos.

Las cadenas de televisión defienden estos programas aduciendo que "a la gente le gustan y además son mucho más baratos que producir una comedia". Pero cada día se superan los límites de lo extremo. En Alemania, La gran dieta encerró a 12 gordos por más de 100 días con la misión de bajar a la fuerza por lo menos dos kilos por semana; en Hawai el programa Cazador lanzó a 13 participantes a esconderse y sobrevivir, acosados por un grupo de expertos en armas que podían "matarlos" con pistolas que disparaban pintura; y Confesiones, del canal de cable Court TV, emite auténticas confesiones de violadores y asesinos, grabadas por fiscales de distrito gracias a que estos testimonios se han transformado en información pública, según las leyes de Estados Unidos.

El escándalo suscitado por Miriam en Inglaterra y la demanda contra Sky One es el más fuerte ataque legal contra los creadores y productores de reality shows, que siempre tratan de protegerse con cláusulas de salvaguarda. Endemol y las cadenas que emiten Factor miedo exigen a los concursantes firmar un contrato en el que éstos se comprometen a renunciar a futuras demandas judiciales contra la productora o la cadena, respectivamente, en caso de que algo falle y se produzcan "daños irreversibles". El abogado Christie-Miller alegó que sus seis clientes tuvieron menos de una hora para leer y firmar el contrato. Así que la discusión legal contra los reality shows acaba de abrirse.