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Hogar en disputa

Cuba y Estados Unidos discuten el futuro de un niño cubano cuya madre murió en un naufragio de emigrantes ilegales.

3 de enero de 2000

EL 29 DE NOVIEMBRE, cuando la mayoría de estadounidenses celebraban el Día de Acción de Gracias, un grupo de pescadores de la Florida rescató a Elian González, un niño de cinco años que milagrosamente sobrevivió en el Atlántico, tras permanecer dos días a la deriva aferrado a uno de los neumáticos que quedaron flotando luego de que su embarcación naufragara. Elian, su madre y su padrastro habían zarpado de Cuba días antes y pretendían entrar a territorio norteamericano de manera ilegal. Sin embargo el bote se fue a pique a escasas millas de la costa y sólo tres personas se salvaron, entre ellas Elian.



Según las políticas de inmigración de Estados Unidos, los exiliados cubanos que logran llegar a la orilla tienen posibilidades de quedarse, cosa que no ocurre con aquellos interceptados a mitad de camino, que son obligados a regresar. En primera instancia Elian debería acogerse a esa medida pero, dada su singular condición, el servicio de inmigración y naturalización le concedió un permiso especial para solicitar la residencia después de un año.



Los familiares de Elian en Miami, entre tanto, han buscado la asesoría de un grupo de abogados para tratar de conseguir su custodia. Dicha tarea no será nada fácil ya que el padre biológico, Juan Miguel González, no está dispuesto a perder al pequeño.



En declaraciones a varios medios González, que se desempeña como portero de un hotel de Varadero, ha manifestado que su ex esposa sacó al niño del país sin su permiso.



La historia ha sido explotada por la Fundación Nacional Cubano-Americana, que se apropió de la imagen del indefenso niño para diseñar carteles en contra del gobierno cubano. El afiche muestra la foto de Elian, momentos después de ser rescatado, y a su lado se lee: "Otro niño víctima de Fidel Castro que trataba de alcanzar la libertad. Después de 40 años este es el resultado de una revolución fallida".



Dichas afirmaciones han alborotado los ánimos y, lo que comenzó como una disputa familiar, ha ido tomando las dimensiones de un problema de política internacional. El Ministerio de Relaciones Exteriores cubano ya inició los procesos legales para traer de nuevo al niño a la isla y el vocero del Departamento de

Estado norteamericano, James Rubin, ha afirmado que su gobierno no aprueba la inmigración ilegal.



Mientras los dos países se escudan en el niño para continuar con sus enfrentamientos políticos nadie sabe a ciencia cierta qué es lo que siente Elian quien, con escasos cinco años, ha tenido que enfrentarse a la pérdida de su madre y la lejanía de su padre.