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Hombre más viejo del mundo muere en EE.UU. a los 114 años

Atribuía su longevidad a comer solo dos veces al día, trabajar tanto como pudo y aceptar siempre los cambios, incluso la muerte.

14 de abril de 2011

Walter Breuning, el hombre más viejo del mundo y la segunda persona de mayor edad, falleció este jueves. Tenía 114 años.
 
Breuning murió de causas naturales en un hospital de Great Falls, Montana, dijo Stacia Kirby, portavoz de Rainbow Senior Living, el asilo de ancianos donde vivía. Breuning había estado hospitalizado desde principios de mes con una enfermedad no revelada.
 
Era 26 días más joven que Besse Cooper de Georgia, a quien el Grupo de Investigación Gerontológica en Los Angeles considera como la persona más vieja del mundo con 114 años.
 
En una entrevista realizada el año pasado, Breuning atribuyó su longevidad a comer sólo dos veces al día, trabajar tanto como le fue posible y siempre aceptar los cambios, especialmente la muerte.
 
"Todos vamos a morir. Algunas personas temen morir. Nunca tengas miedo de morir. Porque se nace para morir", dijo.
 
Breuning nació el 21 de septiembre de 1896 en Melrose, Minnesota, y pasó sus primeros años en De Smet, Dakota del sur. La primera década de 1900 fue, literalmente, una época oscura para su familia.
 
No tenían electricidad ni agua corriente. Un baño para el joven Walter requería que su madre trajera agua del pozo y la calentara en una estufa de carbón.
 
El entonces joven mintió sobre su edad para conseguir trabajo en Minnesota con el Gran Ferrocarril del Norte en 1916.
 
Se trasladó a Great Falls dos años después y se mantuvo como un hombre leal a los ferrocarriles por el resto de su vida, al trabajar allí durante 50 años, casarse con su colega Agnes Twokey y viajar en avión sólo una vez en su vida.
 
Agnes murió en 1957 después de 35 años de matrimonio. La pareja no tenía hijos, y Breuning nunca se volvió a casar.
 
Breuning había dispuesto que no hicieran ningún servicio funerario, informaron los funcionarios del asilo. Pidió que en lugar de flores y tarjetas se hicieran donaciones al fondo de viajes para niños Shriner y el centro de desórdenes del lenguaje Scottish Rite.
 
AP