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| Foto: Facebook: Humans of New York

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Las historias que cargan los rostros colombianos, según Humans of New York

El exitoso fotógrafo Brandon Stanton pasó por Colombia. Retrató historias en Medellín y Bogotá entre las que se encuentra una desmovilizada de la guerrilla, un niño que quiere ser arqueólogo y un feliz abuelo.

20 de abril de 2017

Cuando Brandon Stanton se quedó sin trabajo en Chicago decidió mudarse a Nueva York. Corría el año 2010. Llegó a una ciudad de más de ocho millones de habitantes donde no conocía a nadie y se propuso estructurar su vida de tal forma que su prioridad fuera el tiempo y no el dinero.

Se preguntó qué haría si pudiera hacer cualquier cosa y decidió ponerse la meta de fotografiar a 10.000 new yorkers como una forma de crear un catálogo de habitantes de la gran manzana. Siete años más tarde su proyecto tiene más de 18 milones de seguidores en Facebook y ha fotografiado a personas en más de veinte países. Esta semana esa enorme comunidad leyó las historias de colombianos que Stanton capturó con su lente. 

"No hay que esperar la idea perfecta que tenga un mínimo riesgo, para que valga la pena", dijo Stanton en su intervención en el foro John F. Kennedy Jr. de Harvard en febrero del 2015. "Yo soy un fotógrafo terrible y me enorgullezco de eso, porque demuestra que cualquier persona es capaz de lograr lo que sea".

¿De qué se trata?

El proyecto comenzó como un blog de fotografía. Stanton salía a la calle con su cámara en la mano en busca de alguien que se dejara retratar y luego la publicaba en el blog que tituló Humans of New York. La primera persona a la que fotografió fue un hombre de 49 años que estaba sentado afuera de un bar, luego de tomarle la foto el hombre comenzó a contarle sobre su vida y Stanton entendió que las historias eran tan importantes como las fotografías.

A medida que el blog crecía y su audencia aumentaba, las publicaciones fueron evolucionando. Siempre pensando en cómo podía retratar a los personajes de manera única, Stanton se preocupó por abordar a las personas de tal forma que se sintieran cómodas y compartieran tranquilamente anecdotas de su vida con él. Hoy cada publicación está acompañada de la historia de cada persona, que sale de una entrevista corta que comienza generalmente con la pregunta, "¿cuál es su preocupación actual?".

La magia de Humans of New York no está solo en las fotos o en las historias, sino también en la comunidad que se ha formado a su al rededor. En los comentarios de las fotos en Facebook es frecuente encontrar mensajes de apoyo e iniciativas para ayudar a la persona en la fotografia. Una sola imágen puede recibir facilmente 10 mil respuestas de personas alrededor de todo el planeta. En varias oportunidades Humans of New York ha recaudado grandes sumas de dinero para apoyar diferentes causas, con el apoyo de los seguidores se han pagado tratamientos para el cáncer, iniciado programas de becas y apoyado familias de refugiados.

A veces el proyecto ha hecho milagros. En una oportunidad el retrato de un profesor de Siria refugiado, que ni siquiera reseñaba el nombre, generó la respuesta del personaje menos inesperado: Barack Obama. El mensaje de Facebook que acompañaba relataba la historia de un brillante científico que contaba cómo un misil había acabado con la vida de su esposa y su niña. Al final, él hombre escribía "Yo solo quiero volver al trabajo. Quiero ser una persona nuevamente. No quiero que el mundo piense que estoy acabado. Yo sigo aquí". El presidente de los Estados Unidos en persona le respondió diciendo que como papá y como esposo no podía imaginar la perdida que había sufrido. Remató con una frase con la que criticaba implícitamente la política migratoria que proponía Trump: "Usted es parte de lo que hace a Estados Unidos grande". El actor Edward Norton recaudó 450 mil dólares y el "científico", como se le llamó desde un inicio, pudo rehacer su vida en ese país. 

Sin duda la idea con la que inició Stanton ha ido evolucionando gracias a la interacción que tiene en las redes sociales. Él mismo admite que quince años antes no hubiera podido sacar un proyecto así adelante, dice que su historia es propia del siglo XXI pues las plataformas digitales permiten que el foco esté no sobre él, sino sobre su trabajo. 

El proyecto ha crecido tanto en los últimos años que en 2015 fue invitado a visitar al entonces presidente de los Estados Unidos, Barack Obama. El exmandatario dio una respuesta que impulsó a Stanton a trabajar aún más por su proyecto: "Siempre hay algo que hacer" le dijo. 

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En Colombia

"Mi propósito con Humans of New York no es contar la historia de la humanidad, es contar la historia de la persona que está justo en frente mio", dijo Stanton en una entrevista que le concedió a la CBS en el 2016. Con esa mentalidad ha viajado por varios paises del mundo retratando a personas que se encuentra en la calle, siempre cumpliendo su regla número uno: No retratar a personas que le piden hacerlo.

En medio de una pequeña gira por Latinoamerica, que aún no termina y en la que también visitó Chile y Urugay, Stanton pasó por Colombia. Estas son algunas de las historias que encontró en su paso por Medellín y Bogotá:

"Era la mejor estudiante en mi colegio. Me ponía mucha presión encima. Nunca perdí una clase. Pero me enfermé cuando estaba en décimo y me empecé a atrasar. Ahí comenzaron mis ataques de pánico. Un día la profesora me entregó un informe y yo no podía respirar. Mi corazón estaba latiendo muy rápido. Me sentía desconectada. Veía a las personas tratando de hablarme pero no las oía. Eventualmente me desmayé y me desperté en la enfermería. Los ataques eran casi diarios después de eso. El año pasado inicié la universidad. Y no puedo ser la mejor estudiante aquí, no importa que tanto me esfuerce. Todo el mundo es muy talentoso. Mis ataques de pánico se volvieron tan graves que tuve que cancelar mi primer semestre. Pero ahora estoy tratando de reconocer mi ansiedad. Antes trataba de esconderla. Me salía de las redes sociales. No contestaba el teléfono. Pensaba que si nadie sabía, no existía. Pero entre más hablo de mi problema, más me doy cuenta de que otras personas tienen experiencias similares. Entonces estoy tratando de expresarlo más. Tuve un gran profesor que me dijo: "En vez de dejar que tu ansiedad te impida hace arte, dejala ser lo que te motive tu arte"".


(Bogotá, Colombia)

"Cuando sea grande quiero ser arqueólogo. Eso es una persona que explora el desierto y busca huevos de dinosauros y egipcios. He estado pensando mucho en eso. Ya estoy viendo Jurassic Park y coleccionando stickers de dinosaurio. Y una vez encontré un pedazo de coral en forma de corazón".

(Bogotá, Colombia)

"En mi casa había mucha enfermedad. Mi esposa tiene problemas en el corazón y está conectada a oxígeno. Yo estaba tomando mucho. Todos nos estabamos guardando todo y nos quedabamos en nuestros cuartos. Pero un día tuve una profecía en la iglesia que iba a tener una felicidad muy grande. La profecía decía que alguien iba a llegar y llenar todos los vacíos de mi hogar. Unas semanas después mi hija estaba embarazada. ¡Y aquí está él! Ha consumido toda mi vida. Lo puedo cuidar todas las tardes. Quiero que me vea como el abuelo feliz que nunca dice ‘no‘. Ya nisiquiera tomo. Él ha unido a toda la familia. Hace poco mi esposa me dijo: ‘Puedo ver que estás feliz. Ahora tus ojos brillan todo el tiempo‘".

(Medellín, Colombia)

"Mi mamá me abandonó cuando era bebé. Mi papá me dejó cuando tenía siete y un año después empecé a trabajar como empleada doméstica. Mis primeras memorias son cocinando y limpiando. Cuando cumplí diecisiete, conseguí trabajo en una construcción. Conocí a un hombre mucho mayor ahí. Pensaba que él era muy guapo. Y era muy querido conmigo. Me traía flores, y manzanas, y naranjas. Si alguien era agresivo conmigo, él me defendía. Me hacía sentir completa. Fue la primera vez que de verdad me sentí feliz. Cuando descubrí que estaba embarazada, estaba muy emocionada por contarle. Pensé que finalmente podía tener una familia. Él siempre me dijo que quería estar conmigo. Pero cuando le di la noticia, me dijo: ‘Tengo esposa e hijos. Nosotros nunca podríamos estar juntos‘. Todavía me duele acordarme. Me dolío más que no tener papás".

(Medellín, Colombia)

"No sabía nada de las guerrillas antes de unirme. Lo único que sabía es que vivían mejor que yo. Crecí en una finca en un área rural. Eramos muy pobres. Mi mamá abandonó nuestra familia, así que yo tuve que cuidar a mis hermanos menores. Mi papá era un buen hombre, pero no me daba ninguna libertad. Él no me dejó ir al pueblo. Él no me dejó ir a la escuela. Él no me dejó tener novio. Yo quería libertad y la guerrilla parecía mi única salida. Ellos solían pasar por la finca en sus Jeeps. Parecían poderosos. Incluso las mujeres usaban camuflaje. Un día, la guerrilla paró en nuestra finca para comprar pollos, y les dije que quería unirme. Solo tenía trece años. Me dijeron que llegara un punto específico a las 5:00 a.m la mañana siguiente. Nisiquiera me despedí de mi papá. Me dijeron que no me era permitido volver a hablar con mi familia".

"Yo era la menor en el campamento. Al principio me sentí muy feliz. Ya no tenía que cocinar. Estaba viviendo nuevas experiencias. La guerrilla me enseló reglas. Me enseñaron a usar armas. Me dijeron que estabamos trabajando por los pobres. Todo sonaba muy bien. Pero luego empezó el entrenamiento básico y era muy difícil. Empecé a extrañar a mi familia. Llegó el cumpleaños de mi papá y no podía dejar de pensar en él. Me mandaron a otro campamento porque mi papá me seguía bucando. Duré ocho años con la guerrilla. Vivíamos en las montañas. Dormía en el piso. No tenía salario. Las paleas eran constantes. El ejército nos bombardeaba día y noche. Y no hablé con mi familia por siete años enteros. Siempre me preguntaba qué había pasado con ellos. Finalmente fue demasiado y decidí desertar".

"La noche que deserté fue la noche más aterradora de mi vida. La guerrilla me hubiera matado si me hubieran descubierto. Me escapé en la mitad de la noche. Enconté una carretera y le pedí a un camión de aceite de Ecuador que me llevara. Traté de crusar el límite, pero el ejército me arrestó. Pensé que era seguro que me iban a ejecutar. Pero me dieron la oportunidad de desmovilizarme. Lo primero que quize hacer fue ver a mi familia. Era muy peligroso volver a mi casa, entonces mandé por ellos. Pensé que mi papá me iba a alejar, pero estaba muy feliz de verme. Mis hermanas me dijeron que mi desaparición había sido muy dura para él. Se había enfermado mucho. Siempre viviré con ese arrepentimiento, pero pudimos pasar cuatro años juntos antes de que falleciera. He reconstruido mi vida desde ceros. Dejar la guerrilla fue como volver a nacer. No tenía habilidades. Había muchos prejuicios en mi contra. Tuve que tranajar como mesera y estudiar en las nocher. Pero ya casi termino mi carrera en derecho. Y aunque sufrí mucho para llegar a aquí, finalmente tengo la vida que me imaginaba cuando era niña".

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