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Si bien muchos actores habían sumado sus voces a videojuegos, ninguno había hecho parte del proceso de escritura del personaje. Spacey es de nuevo precursor, y su participación se suma a una saga muy exitosa .

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Kevin Spacey, el actor digital

Sin ser glamuroso, joven o apuesto, Spacey acaba de marcar un hito en la actuación al incursionar en los videojuegos.

8 de noviembre de 2014

En los últimos años muchas estrellas del cine han migrado a las exitosas series de televisión, pero ahora parecen comenzar a cruzar una nueva frontera: la de los videojuegos. El primero en hacerlo es Kevin Spacey, quien construyó y llevó a la vida a su personaje en Call of Duty: Advanced Warfare, la nueva versión de uno de los juegos más exitosos de la historia, que ha vendido desde 2003 más de 139 millones de copias.

Spacey ha contado que actuar para un videojuego tiene reglas distintas. Al actor le toca imaginarse el set y seguir indicaciones de ubicación al pie de la letra. “Párese allá, agárrese de ese poste, camine luego hasta donde están esas cajas, siéntese en la silla, diga sus líneas”, cuenta que le decían en el set. Luego, en los monitores veía el resultado de la filmación y de la animación y le volaba la cabeza: su personaje está en un helicóptero, con la mano agarrada al techo. Luego se sube a un jeep, dice su diálogo. Muchos son incrédulos sobre el éxito de mezclar caras famosas y juegos de video, pero Spacey no teme dar pasos si el reto vale la pena.

“Me creían loco cuando me mudé a Londres hace 11 años y asumí una compañía de teatro. Pasó igual cuando trabajé en una serie dramática para una compañía (Netflix) que no había producido contenido original, y ahora también, que seré actor en un video-juego. Es una oportunidad de hacer algo que nadie ha hecho y de alcanzar una nueva audiencia”, afirmó el actor al diario The Guardian. Si bien varias figuras de Hollywood han trabajado en videojuegos con sus voces, Spacey participó como nadie más lo había hecho, desde crear y escribir el rol hasta interpretarlo, que no es poca cosa dados sus antecedentes.

En Hollywood Spacey se destacó como Lester Burnham en American Beauty, un rol que en 2000 le valió un premio Oscar y un premio Bafta a mejor actor. Ya había alcanzado éxitos desde 1996, cuando ganó la estatuilla de mejor actor de reparto por su papel de Keiser Soze en Los sospechosos de siempre. Su salto a la televisión como Frank Underwood, un político que nada en aguas turbias y dialoga con la cámara, le ha valido el reconocimiento de la audiencia. Todo ello mientras dirigía artísticamente al teatro The Old Vic de Londres.

Sin embargo, para una generación de espectadores y jugadores su nombre no era familiar. Cuando se supo que haría parte de la saga Call of Duty (COD), muchos de los gamers (jugadores fanáticos) se preguntaban quién era Spacey y qué hacía en el juego que tanto querían. El martes pasado, cuando se lanzó Call of Duty: Advanced Warfare, recibieron respuesta. El actor encarna al antihéroe Jonathan Irons, el líder de la Atlas Corporation, una corporación cuya idea es llevar orden a un mundo caótico en 2054.

La saga COD ha sido víctima de su propio éxito por lanzar títulos nuevos con demasiada frecuencia, y la expectativa para esta entrega ha sido menor que la de ediciones pasadas. La necesidad de un nuevo aire era evidente para los creadores y Spacey fue parte de la estrategia. Eric Hirshberg, presidente de Activision, afirmó en comunicado de prensa que “se modificó la fórmula, añadiendo distintas mecánicas de juego, una historia vibrante y un personaje icónico interpretado por uno de los mejores actores del mundo”.

Hasta hace una década la frontera entre los videojuegos y el cine estaba demarcada. Pero con la proliferación de películas animadas en Hollywood desde los noventa, el trabajo de voz para actores los acercó al mundo de los videojuegos. El éxito económico de la industria de los juegos atrajo a estrellas más grandes. Así llegaron las voces de Kiefer Sutherland a la saga de Metal Gear, Gary Oldman a versiones previas de COD, y de otros actores como Liam Neeson y Samuel Jackson.

Solo una industria próspera invierte 500 millones de dólares en el desarrollo de un producto (eso costó el juego Destiny), contrata a guionistas como David S. Goyer, escritor de la reciente trilogía de Batman y a actores como Kevin Spacey para interpretar a sus personajes (que cobran como en Hollywood, si no más). Según la firma consultora Gartner, la industria de los videojuegos venderá cerca de 111.000 millones de dólares en 2015. De ese modo, Kevin Spacey podría ser el precursor de un nuevo escenario para actores de pergaminos.