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LA AMANTE DE BUSH

Al presidente George Bush le apareció su Jennifer

5 de octubre de 1992

CUANDO HIllary Clinton, la esposa del candidato demócrata a la presidencia de los Estados Unidos, fue asediada por los periodistas en una rueda de prensa con preguntas sobre el famoso affaire de su marido, soltó una enigmática frase: "Si vamos a seguir hablando de Gennifer con G, podemos empezar a hablar también de Jennifer con J". Con esa frase abrió oficialmente el capítulo del "escándalo sexual de Bush".
La Gennifer de Clinton era Gennifer Flowers, una ex estriptisera quien públicamente afirmaba que había sostenido relaciones sexua- les con él durante 12 años. Este episodio casi acaba con su candidatura, pero finalmente lo sobrevivió. Sin embargo cuando su esposa mencionó a la otra Jennifer -la de Bush- tema que todo el mundo conocía pero que había sido tabú hasta el momento por respeto a la investidura presidencial, la prensa entera mordió el anzuelo.
En los círculos políticos de Washington, Jennifer Fitzgerald ha sido considerada desde hace 20 años la amante de George Bush. En casi todos los cargos que éste ha ocupado desde 1974, ha sido su asistente personal y generalmente ha tenido una oficina al lado de él. Británica y divorciada, la Fitzgerald es reconocida como una funcionaria eficiente y dueña de una lealtad a prueba de bala. Bush se la llevó de asistente a la China cuando fue enviado como embajador en 1974, Allá, ella depachó no sólo como consejera y confidente suya, sino prácticamente como anfitriona, pues como Barbar Bush se quedó la mayor parte del tiempo en los Estados Unidos, Jennifer fue la mujer que atendía los actos oficiales al lado del embajador.
En 1976 volvió a los Estados Unidos como asistente de Bush cuando este asumió el cargo de director de la CIA. Un tiempo después, cuando Bush fue precandidato en 1980, su amigo íntimo James Baker, lo puso contra la pared y le advirtió que si queria llegar a la Casa Blanca tenía que cancelar a Jennifer. Este aceptó y la trasladó a una oficina en Nueva York durante el tiempo que duró la campaña presidencial y los sabuesos de la prensa acaban de demostrar que le giró dinero durante esa época.
Poco tiempo duró el distanciamiento, pues cuando Reagan ganó la candidatura y le ofreció la vicepresidencia la volvió a traer a su lado pensando que la fidelidad es más importante en un presidente que en un vicepresidente. En los ocho años que duró su permanencia en ese cargo, Bush y su asistente compartieron la inverosímil cifra de 150 viajes juntos, de los cuales 67 fueron sin Barbara.
Lo que ha vuelto la situación particularmente incómoda es que acaba de ser publicado un libro titulado "La Casa del Poder" en el cual se documenta en forma explícita la naturaleza de la relación, En este se hace referencia a Louis Fields, antiguo embajador de los Estados Unidos en Ginebra como testigo de un weekend de amor entre George y Jennifer en el castillo de Bellerive, propiedad del hijo del Aga Khan, quien era amigo de Bush desde la universidad de Yale. La visita de los amantes era oficial, pues participaban en las conferencias de desarme y Bush le pidió al embajador que le consiguiera una suite para compartir con Jennifer. El embajador Fields, quien murio en 1988, le contó la anécdota a muchas personas y fue así como llegó a ser publicado en un libro.
Como el presidente decidió centrar su campaña para la reelección en lo que él mismo llama "valores familiares", todos sus enemigos se la están cobrando. En dos entrevistas le han preguntado de frente si ha sido infiel a su mujer y en ambas ocasiones se ha indignado manifestando que todo es falso.
Pero aún así nada de esto ha sido muy grave. Los Estados Unidos han dejado atrás la obsesión por el puritarismo que le costó la candidatura a Gary Sart en 1984. Ahora se sabe que Clinton y Bush han tenido amantes y eso no va a decidir cuál de los dos llega a la Casa Blanca.
Lo paradójico del caso es que hoy a los 60 años la Jennifer de Bush es una matrona, peliblanca, jamona, igualita a su esposa Barbara. Las relaciones entre ambas siempre fueron muy cordiales hasta que explotó el escándalo hace un mes y la cosa se complicó. Hoy en día las dos en público niegan las acusaciones pero la verdad es que son las únicas. -