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La caída del rey

Aunque Michael Jackson fue absuelto este año por abuso sexual de un menor, su juicio podría haber sido la estocada final para la imagen de un artista que ya no suena por su música, sino por sus escándalos.

Sandra Janer<br>Periodista de Semana
12 de febrero de 2006

Hay un correo electrónico con un chiste que sólo hace reír a quienes andan por los 25 años o más. Se titula Señales de que nos estamos volviendo viejos y una de las condiciones advierte que las nuevas generaciones 'nunca usaron un tocadiscos', que no conocieron los 'LP de acetato' y que para las personas de esta época "Michael Jackson siempre ha sido blanco". Y no sólo blanco, sino una especie de maniquí hermafrodita que es más famoso por protagonizar escándalos que por hacer buena música. Quizá no entiendan por qué todavía este personaje es llamado el rey del pop, si del artista que más discos vendía en los 80 queda poco o nada y habría sido destronado hace tiempo. Es normal que así sea. Después de todo, desde principios de la década del 90 Jackson empezó a ser tildado de pederasta. Entonces fue denunciado por un niño de 13 años, quien aseguraba haber sido abusado sexualmente, pero la demanda no prosperó porque el artista llegó a un acuerdo extrajudicial con la familia de la supuesta víctima mediante el pago de una suma de unos 20 millones de dólares. Sin embargo, nunca ha podido quitarse el estigma de su gusto por los niños, ni siquiera cuando este año fue exonerado de una acusación similar en un proceso llamado por los medios "El juicio del siglo en el mundo del entretenimiento". A pesar de que sólo han pasado los primeros años de esta centuria como para haberse anticipado a denominarlo de tal manera, cuando comenzó el juicio, en febrero, hordas de periodistas se agolparon a la entrada del Palacio de Justicia de Santa María, California, para registrar las imágenes del cantante en la puerta del tribunal, pagando 2.500 dólares al día por conseguir una vista privilegiada. Como el juicio no fue transmitido por televisión y el ingreso de cámaras estaba prohibido, los reporteros se peleaban los cupos disponibles en la sala con otros cientos de ciudadanos curiosos para ejercer su derecho constitucional a observar el evento en vivo y en directo. Era tanto el afán por satisfacer al público ávido de noticias, que el canal E! Entertainment hacía una representación actuada de cada sesión con un actor que se disfrazaba de Jackson e imitaba sus actitudes. Además, para evitar que fanáticos y detractores se enfrentaran, la ciudad tuvo que gastar 18.000 dólares en barricadas y aumentar la fuerza policial alrededor de la corte. Sí, es cierto que este alboroto sólo lo puede producirlo un ídolo, pero se trata de un ídolo que ha caído en la desgracia. Su nombre no ha dejado de ser noticia, aunque en su caso lo que vende es el morbo que generan polémicas relacionadas con el sexo, y no sus discos. De todas maneras, no ha vuelto a sacar uno nuevo. En esta oportunidad, su verdugo fue Gavin Arvizo, un adolescente de 15 años, cuyo testimonio habria podido poner a la estrella tras las rejas por 20 años. Aseguró que todo había ocurrido dos años atrás, cuando vivió con él en su rancho en Neverland, recuperándose de un cáncer. Según el joven, Jackson lo había convencido de que si no se masturbaba, se volvería loco y se habría ofrecido a ayudarlo. Para ello habría usado vino y vodka, pornografía y una muñeca para simular tener relaciones sexuales. Revistas eróticas con las huellas de ambos fueron encontradas en la residencia. A Michael se le acusaba de 10 cargos que incluían desde suministrar alcohol a un menor, hasta abuso sexual y conspirar para retener a su lado al demandante en contra de su voluntad. Pero la imagen de un inocente niño enfermo tambaleó cuando la defensa demostró que la familia de Arvizo tenía un historial de fraudes y que había hecho acercamientos a otras celebridades con fines lucrativos, como el presentador Jay Leno y el actor Chris Tucker. Por si fuera poco, el abogado acusador, Tom Sneddon, cometió el error de llamar como testigo a Debbie Rowe, ex esposa de Jackson y madre de dos de sus tres hijos, quien aparentemente estaba dispuesta a hundirlo porque el artista se había negado a seguir pagándole una pensión anual que habían acordado después del divorcio. Pero, paradójicamente, fue Rowe la que más lo llenó de elogios al testificar, y la pieza clave para que en junio fuera encontrado 'no culpable'. Pese a esta victoria, según los sondeos, sólo el 34 por ciento de los norteamericanos estuvo de acuerdo con la decisión. Uno de los jurados aclaró que Jackson "probablemente ha acosado niños", pero que la evidencia presentada no fue contundente. Más dicientes fueron las palabras de otro miembro del tribunal, que se preguntó ¿qué clase de madre dejaría libre y voluntariamente que su hijo durmiera con Jackson? Si bien este interrogante hace responsable a la madre, no libera al cantante de sospechas. El juicio fue un reflejo de lo que ha sido su vida: al principio, Jackson fue capaz de subirse al techo de un auto para hacer estallar de júbilo a sus fans mientras ejecutaba sus famosos pasos de baile a la salida del tribunal, pero la euforia inicial se transformó en depresión y ya al final del proceso tuvo que ser hospitalizado por problemas de salud e incluso un día se presentó a la corte en pijama. Muchos también relacionan y simbolizan su camino de la gloria al fracaso con su transformación física: Pasó de ser un niño afroamericano que hipnotizaba con su voz, a un hombre blanco y desprestigiado, según expertos con más de 50 operaciones en el rostro y al que incluso se le ha desmoronado la nariz por las cirugías que habrían tratado de borrar los rasgos de su raza. Y cualquier analogía que se haga con su vida llega a la misma conclusión. En 1982, Michael tocó la cima con su álbum Thriller, con el que renovó la manera de hacer videos, vendió alrededor de 50 millones de copias y ganó ocho premios Grammy . Irónicamente, desde su producción Dangerous (Peligroso) empezó el declive y para 2001 Invencible vendió sólo dos millones. En 2003, su sencillo One More Chance, que hacía parte de un álbum de éxitos, no pudo ingresar a los listados de las 100 mejores canciones de la revista Billboard. "Muchos señalan el comienzo de su descenso a partir de las acusaciones por dudosa conducta sexual, que coincidieron con un limbo artístico en el que parece haberse quedado estancado. Pero creo que el ángel caído del pop anda cayendo desde que era niño; desde que cantaba con sus hermanos y su padre explotaba su talento, convirtiéndolo en alguien con muchos sencillos, pero sin infancia", comenta el periodista musical experto en los 80, Eugenio Chahin. "El destino lo llevó de niño estrella a rey solitario, de tener ventas multimillonarias a ser invisible en las listas, de negro a blanco, y del cielo a la tierra". Y los escándalos continúan. Luego del juicio, el cantante, cansado, decidió radicarse en Bahrein y se dijo que mientras pasaba unos días en Dubai fue encontrado con indumentarias femeninas en un baño de mujeres. Además de esta vergüenza, se ha hablado de un nuevo proceso en su contra por tráfico de drogas desde Estados Unidos y por consumo de antidepresivos, utilizando prescripciones falsas, así como de estupefacientes. Peor es el hecho de que el cantante, que según la revista Forbes llegó a ganar 50 millones de dólares anuales, haya agotado su fortuna en juicios y excentricidades . Se dice que como resultado podría perder Neverland y el catálogoSony/ATV de derechos de autor sobre canciones de los Beatles, si no paga una cuota por una deuda de 270 millones de dólares, antes del 20 de diciembre. Además de sentirse un eterno niño, como Peter Pan, Michael Jackson ha manifestado creerse inmortal. Quizá para muchos sí lo sea por cuenta de sus clásicos. Para otros, en cambio, por ser el protagonista del mayor número de espectáculos decadentes. Pero las generaciones recientes tal vez lo vean con indiferencia, como una curiosidad de antaño, así como un disco de acetato.