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LA CONEJITA DE REAGA

Patti Davis, la hija de Ronald y Nancy Reagan, aparece desnuda en la última edición de la revista 'Playboy'

4 de julio de 1994

QUE LA HIJA de un fulano aparezca desnuda en cualquier revista es irrelevante. Pero que quien se desnude sin ningún pudor frente al lente irreverente de los fotógrafos de la revista Playboy sea la hija de un ex presidente de Estados Unidos sí es noticia. Al menos escándalo, como ha sucedido con la publicación de una serie de fotos de Patti Davis, la hija de Ronald y Nancy Reagan, tal como llegó almundo.
La hija renegada de uno de los mandatarios más conservadores de ese país, y quien se caracterizó como un defensor de los valores de la derecha tradicionalista, ha vuelto a sorprender a la opinión pública estadounidense con su desfachatez. Para nadie es un secreto que, más que por dinero o por figuración, Patti ha aceptado posar desnuda simplemente para hacer uno de sus acostumbrados derroches de irreverencia con el propósito de amargarle los días de jubilación a su famoso padre. Personas cercanas al ex presidente aseguran que este ha sido "el golpe más bajo que su hija le ha dado".
A sabiendas de que no se trata de cualquier joven en busca de publicidad, en su última edición Playboy les da un despliegue inusitado a las fotografías. Son 10 páginas en las que Patti se da el lujo de mostrar su bien conservado cuerpo de 41 años. Y como si eso fuera poco, la Davis publica a renglón seguido un extenso cuento erótico de su autoría, titulado Sexo seguro, en el que habla de sus fantasías sexuales.
Cuando la revista Playboy le preguntó a Davis si le había dicho a sus padres sobre las fotografías, ella respondió: "¿Para qué empeorar las cosas? De todas formas esto no les va a gustar, y me parece absurdo llamarlos para decirles: '¿Que tal?, los llamo para contarles algo que no les va a gustar, pero quiero que se enteren con anticipación'. De nada hubiera servido, pues de todas maneras ellos nunca están conformes con lo que yo hago".
La verdad es que las relaciones de Patti con sus padres han sido siempre tormentosas. A tal punto que nunca quiso vivir en la Casa Blanca y ha renegado de su muy escocés apellido Reagan, prefiriendo el más modesto Davis, de origen británico.
Esta reveladora y publicitada aparición de Davis no es la primera que ocupa las páginas de los periódicos. Ya es larga su lista de escándalos. Mientras los Reagan ocupaban la Casa Blanca, Patti -quien nació siete meses después del matrimonio de sus padres- decidió convertirse en la oveja negra de la familia presidencial y en motivo de alboroto. Durante todos los años del gobierno Reagan criticó abiertamente sus políticas y, como activista en movimientos antinucleares, siempre encontró vitrina para lanzarle públicamente dardos a su padre. A tanto llegaron los constantes ataques de su hija que durante la campaña de reelección, en 1984, Reagan sostuvo: "Realmente es una lástima que ya no se use azotar a los hijos".
Divorciada de un profesor de yoga, sus romances con distintas figuras de la farándula siempre han sido publicitados. Su lista de affaires incluye a los músicos Dennis Wilson, del grupo "Beach Boys", y a Kris Kristofferson, y al actor Timothy Hutton. También fueron célebres en la prensa estadounidense las ocasiones en que la policía vial detuvo a Patti por exceso de velocidad. Siempre se encontraron rastros de drogas en su sangre.
Sin embargo, lo que la lanzó a la categoría de figura pública fueron sus libros Home Front, House of secrets y The Way I See, en los cuales le saca los cueros al sol a su familia. Acusa a su madre de haberla tratado con violencia y de haber abusado emocionalmente de ella cuándo era una niña. El libro, que se convirtió en un best-seller, presenta un devastador retrato de su madre, a quien describe como mentirosa, adicta a los tranquilizantes, hambrienta de poder, fría, calculadora y mezquina. Y, para terminar, la acusa de haber tenido un romance con el cantante Frank Sinatra.
La gran afición de Davis es la literatura erótica, a la que se dedica cuando no está haciendo ejercicios. Acaba de publicar una novela titulada Bondage, que ella misma describe como "una experiencia sexual, sicológica, emocional y espiritual en diferentes grados". Fue ante el éxito en el mercado de sus anteriores trabajos como decidió ponerse a escribir. En sus declaraciones a Playboy asegura que "siempre quise hacer algo dentro del género erótico, además de que siento un gran respeto por las personas que se dedican a esto".
Lo que queda claro de todo este episodio es que desde cuando, a los 21 años, un médico le advirtió a Davis que si seguía consumiendo drogas no iba a llegar a los 30 años, su cuerpo ha sido su gran obsesión. "Estoy muy orgullosa de mi cuerpo. Hoy me veo mejor que cuando tenía 21. Llevo siete años continuos cuidándome con un instructor personal, y mi rutina diaria de ejercicios es la responsable de que me vea así".
Es cierto. Ya todos los estadounidenses han podido comprobar el buen estado físico de la hija de Reagan.-