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Gaga estudió en un colegio católico en el que siempre se sintió rechazada

MÚSICA

La dama excéntrica

A los 24 años y con solo dos discos publicados, Lady Gaga es, según la revista 'Time', la artista más influyente del mundo y el símbolo pop de una generación.

8 de mayo de 2010

Lady Gaga no salió de un reality para descubrir cantantes, nunca protagonizó una serie de televisión para adolescentes ni formó parte de una banda de rock juvenil. Se hizo sola, a pulso, a punta de trabajo en los bares de Nueva York. Y luego, cuando se hizo famosa, se dio a conocer con sus canciones pegajosas y sus pintas estrambóticas para convertirse en el ícono pop más importante de la actualidad. "Lo hice como se debe hacer", dice la artista más influyente del mundo según la revista Time, que acaba de sacar su lista de las 100 personas más poderosas del planeta. "Toqué en cada club de Nueva York. Aprendí a sobrevivir con mi arte, a ser real, a fracasar y después a descubrir quién soy. Trabajé muy duro".

Y los resultados de ese trabajo han sido tan precoces como monumentales. Con 24 años y tan solo dos discos, Gaga ha vendido más de 10 millones de álbumes y 35 millones de sencillos; es la artista más vista en YouTube con más de 1.000 millones de búsquedas de éxitos como Bad Romance, Telephone y Poker Face, y ha ganado dos premios Grammy, tres Brit y nueve Billboard.

"Es una cantante y compositora muy talentosa, una intérprete fascinante y una joven negociante que sabe cómo capturar un mercado y después construir una marca dominante -dijo a SEMANA Adam Kluger, quien ha trabajado como productor para E!, CNN y FOX, y ha seguido la carrera de Gaga desde sus inicios-. Es al mismo tiempo sexy y moderna, divertida e intrépida, sincera y extravagante. Y, como era la rechazada de su colegio, cualquiera que se haya sentido alienado se identifica fácilmente con ella".

Gaga, bautizada como Stefani Joanne Angelina Germanotta, estudió en el Convento del Sagrado Corazón, el colegio para niñas más tradicional de Nueva York, por cuyas aulas han pasado alumnas tan célebres como Carolina Kennedy, hija del ex presidente John F. Kennedy, y Paris Hilton. Pero Angelina no venía de una familia presidencial ni era heredera de un millonario. Aunque su padre, un pequeño empresario de origen italiano, había acumulado algo de dinero para darle a su hija la mejor educación católica posible, no podía darle los lujos que tenían sus compañeras. Su herencia era el amor por la música.

La periodista Helia Phoenix cuenta en Just dance, la biografía de Lady Gaga, que la artista creció al ritmo de Pink Floyd, Led Zeppelin, The Beatles, The Rolling Stones y los otros grupos que escuchaba su papá, quien en su juventud había tenido una banda de rock. Al ver que disfrutaba con la música, su mamá decidió meterla a clases de piano. Era la disculpa perfecta para que de una vez se volviera una niña más disciplinada. Pero ella era rebelde desde chiquita, y ya escogía su propia música. Según cuenta Phoenix, a los 4 años ya tocaba piano a oído.

También adquirió su exhibicionismo a esa edad. Sus familiares cuentan que cuando la familia Germanotta contrataba a una nueva niñera, a su hija mayor le gustaba recibirla desnuda. Y le quedaría gustando. Ella ha reconocido en varias entrevistas que durante una presentación en un bar se quitó la ropa al ver que el público no le ponía atención. Y la táctica le dio resultado. Se convirtió en la reina de la movida alternativa neoyorquina.

Pero no era suficiente para una joven que no solo soñaba con ser famosa, sino que vivía para que todos en el mundo supieran de ella. "En sus inicios, cuando tenía apenas una canción en la radio, le pregunté por qué había decidido llamar su primer trabajo 'The Fame' (La fama), y me respondió algo que nunca olvidaré- contó a SEMANA Allison Hagendorf, consultora musical que hoy tiene un programa de televisión en el que entrevista celebridades-. Me explicó que la fama es algo que uno siente. Me dijo que siempre había sido famosa, solo que nadie lo sabía. La gente no se da cuenta de que no es un fenómeno que pasará de la noche a la mañana. Ha trabajado para ser lo que es hoy prácticamente desde que nació. A los 13 años escribió su primera balada y poco después ya tocaba en lugares públicos buscando que la gente se fijara en ella".

A los 17 fue admitida en Tisch, la prestigiosa escuela de artes de la Universidad de Nueva York. Pero los estudios le duraron poco, pues en el segundo semestre sintió que era demasiado creativa en comparación con sus compañeros y, como quería hacer música, llegó a un trato con su papá: él la mantendría durante un año con la condición de que si fracasaba en su aventura como cantante regresaría a las aulas. "Una vez aprendes cómo pensar sobre arte, puedes aprender solo -explicó Gaga tiempo después-. Dejé a mi familia, arrendé el apartamento más barato que encontré y decidí comer mierda hasta que alguien me escuchara".

De los toques en bares pasó a las grabaciones en un estudio ubicado debajo de una licorera. Fueron tiempos de drogas y de excesos que terminaron después de una noche de locura, cuando sintió que moriría. Pero también fueron tiempos de aprendizaje. Le fue tan bien en una práctica como aprendiz de compositores, que no solo la contrataron sino que al poco tiempo empezó a escribir canciones para Britney Spears, Fergie y Pussycat Dolls. Fue justamente durante una grabación que los productores la oyeron cantar y le propusieron que escribiera y cantara sus propias canciones. Y desde entonces no ha parado de vender y de encantar con su música y su estilo excéntrico, extravagante y misterioso.

Gaga se inspiró para crear su forma de vestir y presentarse en el escenario en representantes del rock glam como Freddie Mercury o David Bowie, en reyes del pop como Michael Jackson o Madonna, y en diseñadores como Donatella Versace. Sus pintas van desde los vestidos de cuero negro adornados con figuras de origami hasta los trajes de burbujas plásticas transparentes, siempre acompañados de gafas enormes con diamantes o cigarrillos, pesadísimas pestañas falsas, sombreros de arlequín o que representan el sistema solar, brasieres de porcelana o con bengalas...

"Todo viene junto: el 'performance', el pop, la moda dice-. Quiero que el imaginario sea tan fuerte que los fanáticos deseen comerse y lamer cada parte mía". Y para que eso suceda tiene un equipo de jóvenes creativos (al estilo de La Fábrica de Warhol) que la ayudan a escoger su ropa, su peinado y su escenario.

Pero esa extravagancia que le ha traído tantos adeptos también ha hecho que circulen muchos rumores sobre su vida. Se ha dicho que es lesbiana, que es hermafrodita, que no tiene 24 sino 30 años y hasta que se mandó cortar una pierna por moda. La experimentada entrevistadora de la cadena ABC Barbara Walters, quien la escogió como uno de los 10 personajes más fascinantes de 2009, le preguntó en una entrevista si todo lo que se decía sobre su sexualidad era cierto. Gaga respondió que le gustan las mujeres aunque nunca se ha enamorado de una y que no es hermafrodita pero le gusta verse andrógina.

Más allá de la pinta, Gaga está revolucionando el mundo del pop. Es un fenómeno imparable que representa una generación inconforme que para ella pedía a gritos un símbolo, alguien para identificarse. "Estoy llenando un hueco enorme, hay un espacio muy ancho para que lo llene una mujer con cojones grandes. Estoy aquí para hacer buena música e inspirar a la gente. He tomado algo estrictamente comercial como el pop y lo he convertido en algo interesante".

Cindy Lauper, la superestrella de canciones como Girls Just Want to Have Fun, quien escribió sobre ella en Time, justifica su popularidad en que retrata de manera inteligente la época actual a través de sus canciones y su irreverencia. "Las letras de Gaga son increíblemente literarias. Ella representa sus ideas de una manera sofisticada. No es un acto pop. Es una artista de 'performance'. Ella misma es arte. Es escultura".