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LA FAMA ES EL NOMBRE DEL JUEGO

Tres gringas aprovechan escándalos sexuales y políticos para hacer plata y buscar fama

9 de noviembre de 1987

Jessica, Donna, Fawn, tres mujeres distintas y un sólo destino verdadero: la fama. Jóvenes y atractivas, las tres salieron del anonimato y han acaparado la atención de la opinión pública por su asociación con tres héroes o villanos del verano de 1987 en los Estados Unidos.
Pero bajo estas similitudes superficiales, Donna Rice, Fawn Hall y Jessica Hahn tienen poco en común, salvo por el interés de explotar comercialmente sus experiencias y sus relaciones en los medios de comunicación. que hoy son fundamentales como plataforma de lanzamiento a la celebridad: el cine, los libros o la televisión.
Donna Rice, 29 años, la modelo y actriz de Miami cuyos fines de semana con Gary Hart condujeron al fin de sus opciones presidenciales, tiene un equipo de asesores que le recomienda cuáles comerciales debe aceptar y cuáles no, hasta el punto de que la han convertido en una modelo sobresaliente, en lugar de la modelo más que hubiera sido de no habérsele atravesado Gary Hart en su camino.
Jessica Hahn, 28 años, era secretaria de una iglesia de West Babylon, Nueva York, cuando reveló a la revista Playboy, en una entrevista, que el predicador evangelista de televisión Jim Bakker, y un asociado suyo, la habían obligado a mantener relaciones sexuales con ellos en el cuarto de un motel. La Hahn pasó de la revelación del escándalo a la de su cuerpo.
En un reciente número de Playboy posó desnuda, y ha sido invitada especial de muchos programas de entrevistas de televisión.
Fawn Hall, 28 años, fue la secretaria del coronel North. Ella testificó que le había colaborado en la alteración y desaparición de documentos del Consejo Nacional de Seguridad, pero aseguró que no había tenido romance alguno con él. Hall recientemente firmó un contrato con la agencia de modelaje William Morris.
"La fama transfigura. Hace simbólica a la persona, y la eleva por encima del sistema moral normal", dice Leo Braudy, un profesor inglés estudioso de la historia de la fama. Sostiene que la raíz griega de la palabra fama significa más o menos "dar que hablar". Pero advierte que en nuestro mundo "definimos fama como dejarse ver. Hay una urgencia de visibilidad en la sociedad norteamericana. Y para dejarse ver hay que estar en el cine, en la televisión o en las revistas". "Elizabeth Taylor lo dijo mejor", dijo Steven M.L. Aronson, autor de Hype, un libro de 1983 sobre cómo se fabrica una personalidad famosa. "El éxito es el mejor de los perfumes".
Por su parte Susan Brown Miller autora de los libros "Feminidad" y "Contra nuestro deseo", sostiene que "ciertamente es una tradición establecida por nuestra sociedad estar interesada en la misteriosa mujer que hay detrás del ocaso de un hombre". Y para seguir apuntalando en el tema el mismo profesor Braudy dice: "La gente se fascina con el lado oscuro del hombre público. Como en norteamérica la naturaleza de la celebridad tiene mucho que ver con la idea de que cualquiera puede lograrla, estas mujeres se vuelven atractivas, porque son puentes entre el mundo de los normales y el mundo de los famosos".
Sin embargo, la percepción pública de Rice, Fawn y Hahn parece estar tocada por un poco de ambivalencia. Como dice Aronson, "al pueblo norteamericano no le gusta ver que la gente hace dinero del crimen o del pecado. Pero para las mujeres el asunto es: "¿quiere ser pobre, honesta y anónima, o rica, ligera y famosa?".
Donna Rice ha sido la más activa en la persecución de la fama. En junio fue entrevistada por Barbara Walters en el programa de la ABC "20-20". Después fue llamada por Tricia Erickson, propietaria de una agencia de modelos de Washington y amiga de Fawn Hall, quien se describió a sí misma como la "administradora de la crisis de Donna". También posee dos agencias en Hollywood, y tiene un editor y un abogado que la representa en posibles pleitos legales sobre muchas de las fotos que han sido publicadas.
El 8 de septiembre, la Rice comenzó a aparecer en dos comerciales de 15 segundos de televisión, promoviendo una línea de ropa llamada "No excuses" (sin excusas). La cuña contiene una inequivoca referencia a su relación con Hart: "No presento excusas", dice. "Solamente las uso".
Actualmente está realizando una serie de anuncios para diferentes revistas. Pero aparte de ésto, Donna tiene propuestas para coescribir su autobiografía, hacer una película sobre su vida y convertirse en presentadora de programas musicales de televisión.
Se ha sabido que, por lo pronto, estas propuestas no han pasado de ahí, y que a los editores a quienes se les ha presentado la posibilidad de editar la biografía, no se le han medido a adelantarle cheques con sumas de seis digitos.
Sin embargo, las revistas porno Playboy y Penthouse le hicieron jugosas ofertas a la Rice, así como a Fawn y a Jessica, para posar desnudas. Las dos primeras las rechazaron, pero la última aceptó entre 500 mil y un millón de dólares para aparecer en dos entregas de Playboy. También ha planeado apariciones en el Good Morning America de la ABC, y en el programa matutino de la CBS.
Jessica Hahn no ha hecho todavía contrato alguno para el cine, la televisión o las revistas. Ella sigue los consejos de Dominic Barbara, su abogada neoyorquina, y dice: Primero quiero explicarle a la gente lo que pasó, y dejarles ver lo que soy. Hice lo de Playboy porque me sentía insegura como mujer, y durante siete años me sentí como una esclava de lo que sucedía. Posé para liberarme de esto". Lo hizo siguiendo el consejo de su abogada y afirma que ha tenido conversaciones con cadenas de televisión para grabar una miniserie en tres capítulos, y que ha estudiado la posibilidad de publicar su historia con cinco o seis editores. Una de las telenovelas de la noche quería que Jessica apareciera en cerca de diez episodios.
Por el contrario, Fawn Hall ha conservado un "bajo perfil". Sin embargo, en agosto esta modelo de medio tiempo firmó con varias agencias de modelaje y el 15 de septiembre apareció en un especial de televisión de Barbara Walters. En el programa confesó que estaba considerando la posibilidad de convertirse en conductora de un programa de T.V. de entrevistas, y aceptó que inclusive la política se le había pasado por la cabeza.
Si el pasado encierra algunas claves para los proyectos de estas tres mujeres en busca de fama, sus oportunidades no necesariamente están garantizadas.
En 1963 Cristine Keller, una callgirl londinense, estuvo efímeramente en las primeras planas de los medios británicos, a causa de su affaire con John Profumo, el ministro de Guerra. En 1974, Fanne Foxe, una "striptisera", también produjo titulares y una película que fue rápidamente olvidada, a causa de su enredo con el republicano Wilburg D. Mills, presidente del Comité de impuestos del Congreso, reputado como uno de los más profundos conocedores en materia económica. Elizabeth Ray, secretaria del representante demócrata de Ohio, Wayne Hays, reveló los detalles de su affaire en un libro, pero todavía persigue una carrera de actriz en Nueva York. En 1980, Rita Jenrette, casada con el republicano John W. Jenrette, habló de sexo en las escaleras del capitolio, posó para Playboy, hizo una película llamada "Masacre en la isla Zombie", y se dice que todavía está aspirando a ser actriz.
A pesar de que se afirma que ellas tampoco pasarán de ser comidilla temporal de los medios de comunicación, algunos observadores creen que a Rice, Hall y Hahn les irá mejor que a sus predecesoras. La pregunta es si podrán llegar a ser algo más que un pie de página de la chismografía de la historia.--