Home

Gente

Artículo

PROFECÍA

La hecatombe

Un nuevo libro que interpreta las profecías de Nostradamus revela que la tercera guerra mundial podría estar cerca.

25 de julio de 2004

Será hecha la tercera inundación de sangre humana y las sangrientas contiendas no tendrán descanso durante largo tiempo", fue la sentencia que hace 500 años Nostradamus le escribió al rey Enrique II. Para algunos estudiosos de la obra del profeta francés las palabras se refieren a su más terrible premonición: la tercera guerra mundial. Uno de ellos es el abogado colombiano Gonzalo Echeverri Uruburu, ex magistrado del Consejo Nacional Electoral, quien desde hace 30 años dedica parte de su tiempo a la investigación de temas relacionados con la parasicología. Su interpretación de las profecías acaba de ser publicada en el libro Nostradamus y la guerra Islam-Occidente, de Villegas Editores, en el que demuestra que la tercera confrontación global podría estar cerca.

El preámbulo de lo que estaría por venir podría haber sido el ataque a las Torres Gemelas de Nueva York, hecho sobre el cual Nostradamus habría advertido con siglos de anticipación: "Cinco y cuarenta grados el cielo arderá/ Fuego se aproxima a la gran ciudad nueva/ Al instante gran llama esparcida saltará/ Cuando se quiera probar a los normandos", predijo el astrólogo. Sus detractores consideran que es una visión acomodada y que cada vez que ocurre una catástrofe alguien busca un verso de Nostradamus que se ajuste al hecho. Agregan que no hay referencia al atentado pues la latitud norte de la ciudad es de 40 grados y no de 45 como afirma la profecía. Además aseguran que los normandos, habitantes de una región del norte de Francia, nada tienen que ver con los actuales habitantes de Estados Unidos. Echeverri cree superados ambos impasses. "Los mapas antiguos presentaban la misma distancia entre las líneas paralelas a la del Ecuador, y en ese entonces Nueva York estaba ubicada a 45 grados. Pero a partir de 1568 los mapas del cartógrafo Gerardo Mercator, con el fin de representar la curvatura de la Tierra en un plano, aumentaron las distancias entre las líneas con lo que cambió la latitud". En cuanto a la palabra normandos, algunos estudiosos han coincidido en que el vidente se refiere a "los hombres del norte", es decir, a los pueblos anglosajones, de acuerdo con su sentido etimológico.

Muchos de los que han estudiado al vidente coinciden en que para entenderlo casi habría que tener sus mismas capacidades proféticas. Sus versos son muy complejos pues omite preposiciones, contienen palabras inventadas y mezclan hechos de diferentes épocas al parecer en un intento por no caer en las garras de la Inquisición. "Por ello me basé en investigaciones anteriores como las del francés Jean-Charles de Fontbrune, quien estudió el vocabulario, la sintaxis y la historia y así analizó cuarteta por cuarteta", explicó Echeverri a SEMANA. En su libro el autor da un paso más pues sugiere interpretar las cuartetas en conjunto, por su contexto y no aisladamente. El resultado: cerca de 160 de éstas hablan de una guerra inminente.

Si el anuncio del 11 de septiembre resulta revelador, más escalofriante es una de las profecías que, de acuerdo con el libro, podrían estar a punto de cumplirse. Se trata de una masacre durante los próximos Juegos Olímpicos de Atenas: "El término del gran número séptimo/ aparecerán juegos de hecatombe/ no lejos de la gran edad milésima...". Echeverri reconoce que posiblemente los hechos ya ocurrieron y que Nostradamus tal vez hacía referencia a los juegos de Munich de 1972, cuando el grupo terrorista palestino Septiembre Negro secuestró y asesinó a 11 atletas israelíes. Sin embargo, Echeverri considera que el vidente dejó pistas de las fechas que De Fontbrune interpretó. Según éste, Nostradamus emplea la cronología bíblica de acuerdo con la cual entre Adán y Jesucristo transcurrieron cerca de 5.000 años. Eso significa que el año 2.000 sería el 7.000 si se suma el tiempo. Dos datos de la profecía concuerdan con la interpretación pues habla del "gran número séptimo" y de una fecha cercana a la "edad milésima", es decir, próxima a 2000. En agosto, cuando se celebren las olimpíadas, se sabrá qué tan cierta fue la premonición o la interpretación.

Teniendo en cuenta esta cronología, Echeverri asegura que Nostradamus vaticinó la guerra entre Oriente y Occidente para estos tiempos: "Actualmente estamos en el séptimo millar, en el cual todo tiene su fin..." y en la segunda centuria (agrupación de cuartetas de a 100), en la cuarteta 46 escribió que "después de grande enfrentamiento humano, otro mayor se espera". Además agrega un dato en la cuarteta 89 de la décima centuria: "Siete y cincuenta años pacíficos". Esta temporalidad explicaría que entre la Segunda Guerra Mundial y los inicios de la tercera pasarían 57 años, los cuales se cumplieron en 2002.

De acuerdo con esta interpretación de las profecías, la guerra durará 27 años, con una especie de tregua de 13. El líder musulmán encargado de dar rienda suelta al episodio sería un hombre que "en Asia aparecerá, uno de la liga, salido del gran Hermes", como escribió Nostradamus. Echeverri cuenta en su libro que una de las hipótesis es que el astrólogo se refería a Osama Ben Laden, pues el terrorista proviene de una familia de negociantes y Hermes, según la mitología griega, es el dios de los comerciantes. "Un maestro de la ley de Mahoma", reveló el profeta.

La contienda se iniciaría con la invasión de Irán a Armenia y Turquía, que a pesar de ser islámico es aliado de Occidente. Luego, con ayuda de Libia e Irak, vencerán a la armada occidental en el mar Mediterráneo para finalmente invadir la mayor parte de Europa como Italia, Polonia, Alemania, algunas regiones de Francia, Portugal y España. Sobre la toma a este país un dato llama la atención: según la interpretación el príncipe Felipe y la reina Sofía, nacida en Grecia, serían tomados prisioneros. "España cautiva por jefe libio en el conflicto atrapada, próximos a Malta, heredero atrapado vivo", y "La dama griega de elegante belleza(...) será trasladada fuera del reino hispánico y morirá prisionera de muerte miserable".

Después de décadas de horror, armas biológicas, fuentes de agua envenenadas y millones de muertos, una alianza entre Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia derrotará a los islámicos en el país galo.

Para muchos lo dicho es sólo superstición, para otros este momento ha llegado. Echeverri cree que más allá de cualquier coincidencia, Nostradamus dio pistas, incluso al referirse a sí mismo: "En quinientos años se le tendrá en mayor estima a aquel que fue un ornato de su tiempo/después de un golpe, gran claridad dará...".