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La niña mostruo

Becky Coss, una joven quinceañera es víctima de una extraña enfermedad que transforma a los seres humanos en monstruos.

13 de septiembre de 1993

HACE 16 AÑOS, Robin Coss recibía emocionada la llegada de su primera hija. La joven madre y su esposo, quienes tenían un hijo varón, llevaban varios años esperando el nacimiento de una niña, que resultó ser una bebita sana y fuerte. Pero la felicidad no duró mucho. A los pocos meses de nacida, la pequeña comenzó a mostrar extraños signos de envejecimiento, que deformaban en forma impresionante todo su cuerpo. La recién nacida antes hermosa y tierna como cualquier bebé, se estaba transformando poco a poco en un pequeño espanto.
Los médicos tardaron 18 meses en encontrar la razón de este terrible fenómeno. Al final descubrieron que la pequeña Becky sufría de una extrañísima enfermedad llamada progeria.Los síntomas eran devastadores. A la bebé los días le pasaban como si fueran años, y ningún tratamiento médico podía evitar su acelerado deterioro físico. La enfermedad, que no tiene cura, solo había afectado antes a cuatro personas en todo el mundo. Y Becky resultó ser la infortunada quinta víctima.
Aunque sus padres hacían esfuerzos porque la pequeña Becky llevara una vida normal y asistiera al colegio como cualquier otro niño de su edad, el tiempo no pasaba en vano. Su piel comenzó a arrugarse, empezó a sufrir de artritis y sus huesos se toraron tan frágiles que tenía el riesgo de fracturarse con una simple caída. A todo esto se le sumó la falta de crecimiento, que Becky sufrió desde los ocho años. Entonces tuvo que retirarse del colegio,porque su condición impresionaba a sus compañeros de curso y producía aterrorizadas miradas de todos.
Los médicos no esperaban que la pequeña lograra sobrevivir más que un par de años. Cuando era solo una bebé, los especialistas explicaron a sus padres que era muy difícil que la niña pudiera soportar tan inclemente suplicio físico y sicológico. Pero contra viento y marea, a pesar de haber tenido que vivir aislada y soportar la depresión que su estado le produce, Becky ha logrado lo que ningún otro enfermo de progeria había hecho: recientemente cumplió 16 años de edad y se convirtió en la niña "más vieja" del mundo.
Hace un tiempo, Becky decidió que a pesar de su condición quería "vivir la vida" y aprovechar al máximo el tiempo que le queda. Acompañada de su madre,viajó a Idahoa conocer a un pequeño que, como ella, es una de las raras víctimas de esta terrible enfermedad. Según su madre, este encuentro fue benéfico para Becky, pues así descubrió que no estaba sola en el mundo. Lo que ahora le espera es todo un misterio, la enfermedad día a día afecta a la pequeña que todas las mañanas amanece con un nuevo signo de vejez en su cuerpo. Lo único que Becky desea es que suceda un milagro que le permita celebrar su cumpleaños numero 17.