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La princesa Diana y el sexo

Con motivo de los 20 años de la muerte de Diana, aparecen grabaciones en las que ella habla de su divorcio por Camilla, cuenta intimidades de su vida sexual con el príncipe e incluso denuncia que Buckingham asesinó a uno de sus admiradores.

30 de julio de 2017

Diana Spencer concedió la entrevista más famosa de su vida al periodista de la BBC Martin Bashir en 1995. Fue una verdadera bomba que cambió la historia de su matrimonio y probablemente de la monarquía británica. Vestida impecablemente de negro, hablando sin titubear y muy segura de sí misma, le dijo a los 58 millones de británicos que Camilla Parker-Bowles había sido siempre la amante de su marido. Según ella, la relación con su esposo estaba en problemas porque un matrimonio debía ser de dos personas y en el de ella había tres. Fue menos explícita en su propio adulterio con su instructor de equitación, James Hewitt. Se limitó a confirmar que había tenido un affaire con él y que de este había salido profundamente decepcionada. Pero no mencionó, sin embargo, que su segundo hijo, el príncipe Harry, se parece tanto a Hewitt, que hasta hoy existe la duda de si el padre es o no el profesor de equitación.

Las reacciones a la entrevista no se hicieron esperar. La reina Isabel quedó aterrorizada de que su nuera le contara al mundo sus problemas conyugales. Diana no solo hizo quedar a su marido como una persona fría y distante, sino que además se presentó como la víctima de una familia real que la odiaba y conspiraba en su contra. Esa aparición en la pantalla convirtió a Diana en una heroína en Reino Unido a cambio del prestigio de su familia política, los Windsor. Para rematar, cuando le preguntaron si aspiraba a ser algún día reina de Inglaterra, ella contestó: “Lo único a lo que aspiro es a ser la reina de los corazones del pueblo inglés”.

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Según Walter Bagehot, el gran pensador inglés del siglo XIX, “el éxito de la monarquía británica depende de que la vida de la familia real se mantenga en un misterio impenetrable al cual no le puede entrar la luz para no perder la magia”. Que la futura reina dijera en televisión, en un horario triple A, a los que serían sus súbditos, que su marido le ponía los cuernos, que era un hombre frío e insensible y que la reina Isabel y el príncipe Felipe no le caían muy bien rompía de raíz con la teoría del misterio impenetrable del filósofo inglés. Al poco tiempo de esa entrevista Carlos y Diana se divorciaron. Después de eso Lady Di tuvo tres romances: primero con el empresario James Gilbey, luego con el médico pakistaní Hasnat Khan y finalmente con Dodi Al Fayed, con quien murió en el accidente de tránsito en París.

Hasta ahí llegaba la historia conocida de esa bella mujer cuya vida trágica amargó a la Corona británica, pero alegró mucho al pueblo inglés, quien encontró en ella una mártir heroica a quien adorar. Con motivo de los 20 años de su fallecimiento, el 31 de agosto, ha habido toda clase de homenajes. El más destacado ha sido una entrevista/documental que dieron sus dos hijos, William y Harry, en la que contaron detalles personales como el impacto que había tenido para ellos el divorcio de sus padres, lo que significaba perder a la madre en la infancia, y el infinito amor que ella les daba. “Cuando me preguntan si era divertida, todo lo que puedo oír es su risa en mi cabeza. Ese tipo de risa loca que mostraba solo felicidad en su cara. Uno de los consejos que me dio fue: ‘puedes ser tan travieso como quieras, solo no dejes que te atrapen’”, asegura Harry en Diana, Our Mother, el documental de HBO, y añade, “Ella solo te abrazaba y te apretaba lo más cerca posible. Como yo era bajito en ese entonces, no había escapatoria, estaba ahí y allí me quedaría todo el tiempo que ella quisiera”. William, por su parte, se emocionó ante las cámaras al ver fotos de ella, y contó cómo trataba de mantener vivo su recuerdo ante sus dos hijos pequeños, mencionándoles con frecuencia a la “abuelita Diana”, y mostrándoles esas fotos.

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Para algunos observadores de la familia real, en el tierno homenaje que los dos príncipes le hacen a su madre en el documental, hay una velada crítica al príncipe Carlos, al dejar claro el contraste entre la personalidad afectuosa y maternal de ella con el temperamento adusto, introvertido y distante de los Windsor.

Pero todas las entrevistas que se conocen de Diana y su familia hasta ahora son menos jugosas que el material que prepara la BBC para el día de su vigésimo aniversario de muerte. El documental se titula Diana: In Her Own Words (Diana en sus propias palabras), y será aún más explosivo que la famosa entrevista de 1995. Se oirá la voz de Diana en unas grabaciones que hizo con su profesor de dicción entre 1992 y 1993. Ella tomaba esas lecciones para mejorar sus intervenciones en público, las cuales eran muy frecuentes por sus responsabilidades como princesa de Gales. Parte de las clases consistían en ponerla a improvisar sobre diferentes temas con la grabadora encendida para luego escucharse y oír los comentarios y correcciones del tutor. Con el transcurso del tiempo, profesor y alumna se convirtieron en compinches, tanto que un día, cuando discutían sobre qué tema improvisar, él le preguntó, mitad en chiste, mitad en serio, cómo era su vida sexual. La grabadora registró la siguiente conversación:

–¿Cómo está tu vida sexual con tu marido?

–La hubo, la hubo, la hubo. Siempre fue muy rara, de verdad, muy muy rara. –respondió ella.

–¿Por qué hablas en pasado?, ¿qué quieres decir con ‘muy rara’?

– Yo me daba cuenta de que lo nuestro era raro. En los primeros años hacíamos el amor una vez cada tres semanas. Sin embargo, la iniciativa nunca venía de él. Con el tiempo esa chispita se fue apagando, y yo diría que desde hace siete años no tenemos nada.

Revelaciones de esa naturaleza no sorprenden si provienen de Kim Kardashian, quien se ha vuelto multimillonaria por hacer más pública su vida íntima, incluyendo un sex tape. Pero que lo hiciera Lady Diana Frances Spencer Mountbatten-Windsor, princesa de Gales y futura reina de Inglaterra, no deja de asombrar aún hoy, 20 años después de su muerte.

Y como si fuera poco, en esa entrevista agrega que se enamoró de Barry Mannakee, uno de sus guardaespaldas. Cuenta que era un hombre fantástico, pero aclara que nunca se acostó con él. Afirma que como se habían vuelto tan amigos esto despertó cierta incomodidad y a él lo retiraron del servicio. Y para culminar, sin más ni más, asegura que la casa real ordenó su asesinato. En la vida real, Mannakee murió en un accidente de tránsito, pero Diana le explica a su profesor que para ella ese es un cuento ficticio y que simplemente el palacio de Buckingham tenía que deshacerse de él.

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Simultáneamente con la celebración de los 20 años de la muerte de Diana, acaba de aparecer The Duchess, The Untold Story, la primera biografía autorizada de Camilla Parker-Bowles, quien la reemplazó a ella en la vida del futuro rey. Camilla, la famosa ‘tercera’ en el matrimonio que Diana mencionó en su entrevista a la BBC, pasó de ser la mujer más odiada de Inglaterra a ganarse el afecto del pueblo en los últimos años. No fue inmediato, lo hizo gradualmente, en la medida en la que la opinión pública le ha ido reconociendo que fue la responsable de haber permitido al príncipe Carlos recuperar el equilibrio mental perdido en su primer matrimonio.

Durante años, en las encuestas los ingleses manifestaron su rechazo a que el día que Carlos fuera rey, ella pudiera tener el título de reina. Pedían que fuera solo consorte, así fuera la primera vez en la historia en que la cónyuge de un monarca no tuviera derecho a ponerse una corona. Pero esa actitud ha cambiado dada la sencillez, humor –y sobre todo la discreción– que ha mostrado desde que se casó. Al fin y al cabo, Diana podía ser muy popular a nivel de masas, pero nunca se supo hasta el final que tras bambalinas era anoréxica, bulímica y depresiva, y que trató de suicidarse dos veces. No fueron intentos serios, sino más bien para llamar la atención, lo cual confirmaba para la reina que ahí había un problema de verdad.

Con Camilla, todos los amigos de la pareja coinciden en que le trajo alegría y seguridad en sí mismo a Carlos, ese hombre solo, inseguro y desprovisto de autoestima. Juntos reflejan tanta felicidad, que aunque Camilla cumplió 70 años la semana pasada y no es muy agraciada físicamente, da la impresión de que a ella le toca más de una vez cada tres semanas.