La princesa está triste

Esta demostrado que los habitos que se tienen a lo largo de la vida son determinantes para la salud. Esto lo ha comprobado en carne propia la princesa Margarita de Inglaterra, quien cultivó una vida de vicios en la que los cigarrillos y el whisky ocuparon un lugar preponderante. A pesar de que desde hace algún tiempo había iniciado una vida más sana este esfuerzo tardío no fue suficiente para ayudar a su ya deteriorado cuerpo. El derrame que le impidió presentarse en algunos eventos navideños es la evidencia más contundente. En 1998 un primer ataque fue el vaticinio de problemas posteriores. Aunque recientemente la princesa abandonó el hospital, en el que permaneció internada durante 10 días a causa de una severa inapetencia, hoy se encuentra muy débil y todo parece indicar que sus constantes dolencias le han causado una fuerte depresión. Sus familiares se encuentran muy preocupados porque temen que la princesa ya no tenga deseos de vivir.