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La salvadora

21 de febrero de 2009

El nombre de Miep Gies puede no ser conocido, pero de no haber sido por ella, uno de los testimonios más famosos de la Segunda Guerra Mundial se habría perdido para siempre. Esta holandesa está celebrando sus 100 años, un motivo para recordar que fue ella quien se encargó de esconder a Ana Frank y su familia durante el Holocausto y de llevarles comida y noticias hasta su pequeño refugio en Ámsterdam. Pero lo que realmente hizo que su nombre pasara a la historia fue haber preservado el diario de la joven cuando los Frank fueron encontrados por los nazis en 1944 y llevados a los campos de concentración. Gies, que por ese entonces trabajaba como secretaria de Otto Frank, el padre de Ana, le entregó posteriormente el manuscrito a su jefe, quien fue el único sobreviviente de la familia. El diario de Ana Frank, desde su publicación en 1947, se ha convertido en un doloroso recuerdo del sufrimiento que soportaron los judíos durante el Holocausto. Está traducido a 55 idiomas y más de 20 millones de copias han sido vendidas.