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LA TRISTE HISTORIA DE LA CANDIDA DIANA

Una de las más grandes herencias de Inglaterra se destroza entre el mal gusto de una madrasta y la ira de una reina.

28 de octubre de 1991

DURANTE UNAS vacaciones en Escocia, sir Robert Fellowes, secretario privado de la reina Isabel y su esposa Jane Spencer, hermana de lady Diana, vieron en un museo algunos cuadros que les parecieron familiares.
Una breve averiguación reveló que se trataba de obras provenientes de Althorp House, la ancestral y majestuosa residencia de los Spencer, una familia que entró en las páginas de la gloriosa historia de Inglaterra, mucho antes de que Diana conociera al príncipe heredero.

Con este suceso se destapó para la prensa el último escándalo que conmueve al Reino Unido y que involucra a la familia de la futura reina.

Diana, como buena protagonista de cuento de hadas, no sólo tiene príncipe en su historia sino también madrastra. Una madrastra divorciada, con cuatro hijos, quien tomó la decisión de remodelar la antigua y valiosa mansión de la familia. Cosa que sus hijastros no objetarían si no fuera porque, para hacerlo, Raine Spencer (así se llama), está poniendo en venta 500 años de herencia familiar.

Entre las más recientes y discretas ventas que la acicalada madrastra ha efectuado para financiar su remodelación, se encuentran 11 de los 12 van dycks que poseía la familia; dos cubos de oro que pertenecieron al primer duque de Marlborough; un óleo original de Enrique VIII; seis sillas Steward (las vendió de dos en dos); el archivo completo de los Spencer (más de cuatro siglos de historia); y un aún no calculado número de muebles. El último intento de negociación que hizo a Diana y su hermano Charles entrar en cólera cerrar filas contra la intrusa, fue la venta de 40 casas ubicadas dentro de los 13 mil acres que tienen los Spencer cerca de Londres.

Pero lo que, según se dice, revienta a Diana, no es tanto que su madrastra esté dilapidando una fortuna que no es suya -al fin y al cabo Diana tiene su futuro más que asegurado sino el hecho de que en la remodelación de una de las casas más antiguas, bellas y elegantes de Inglaterra, Raine Spencer esté incluyendo luces de neón, pintura dorada para las puertas y colores chillones para las paredes. Según sus palabras,