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LA VOZ DEL PATRIARCA

AL FRENTE DE LO MAS GRANADO DE LA DIRECCION EMPRESARIAL Y POLITICA DE ANTIOQUIA, HERNAN ECHAVARRIA OLOZAGA PIDIO SIN RODEOS LA RENUNCIA DEL PRESIDENTE.

27 de mayo de 1996

Hace unos 40 años salió al público un libro que se convertiría en uno de los manuales de cabecera de los estudiantes de economía de aquella época. Su autor, el especialista y catedrático HernánEchavarría Olózaga, lo tituló El sentido común en la economía colombiana y escogió para su carátula un elefante, mediante el cual quiso simbolizar la economía y su comportamiento dependiendo desde dónde se le mirara. Décadas más tarde ese mismo sentido común es quizás el que ha llevado a Echavarría a pronunciarse como casi ningún industrial lo había hecho desde que estalló la crisis de gobernabilidad del presidente Ernesto Samper. Curiosamente esta vez el elefante es otro, ese que según monseñor Pedro Rubiano entró en la sede de la campaña liberal sin que el entonces candidato se diera cuenta."Me da pena, pero Samper tiene que irse", dijo a los medios de comunicación para afianzar la actitud con la que Echavarría Olózaga se echó al hombro a un millar de industriales antioqueños la semana pasada, durante la reunión del Hotel Intercontinental de Medellín a la que asistieron las más selectas personalidades del sector económico paisa para buscarle una salida digna a la actual encrucijada institucional. La sorpresa no la ha producido tanto la propuesta la cual de alguna manera es la misma que han venido cocinando los gremios desde hace rato como la voz de quien la encabeza. Se trata ni más ni menos que de un patriarca de la industria colombiana, considerado en la actualidad como la voz más respetada del medio y quien según los analistas es el representante más importante del sector privado que se le ha medido a pedirle de frente la renuncia al primer mandatario.Pero sin duda lo que más comentarios ha suscitado es el tono de su proposición. Para muchos la idea de que, independientemente del fallo de la Comisión de Acusaciones de la Cámara, el Presidente se tiene que ir porque su gobierno ya no es viable, traza en cierta medida la profundidad a la que ha llegado la crisis. Al fin y al cabo Echavarría Olózaga había sido hasta hace poco defensor de la política social de Ernesto Samper y no tenía mayores motivos para hacerle oposición.A los 85 años y cuando todo el mundo creía que se había retirado de los debates públicos para opinar solo desde su columna en el diario El Tiempo, el patriarca volvió a hablar, esta vez como líder del Movimiento de Reconstrucción Nacional. Y después de las reacciones a su alocución del jueves pasado en Medellín, la opinión general es que su voz ha puesto a temblar la tierra.