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La presencia de uno de los clanes con mayor repercusión mediática en el mundo poco interesó a los cubanos. | Foto: Imagen tomada de Instagram: @khloekardashian

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Las Kardashians, Cuba y una polémica innecesaria

La foto de una de las hermanas bajo un monumento de Fidel Castro desató una ola de críticas e insultos en las redes sociales, e incluso produjo reproches de una congresista.

6 de mayo de 2016

Cualquier movimiento del clan Kardashian es susceptible de revolver la polémica. Las protagonistas de uno de los reality shows más seguidos de todos los tiempos se han visto inmersas en un caudal de polémicas, muchas absurdas, otras triviales, pero todas con amplia repercusión mediática. La más reciente involucró tintes políticos, cuando el inocente viaje de las hermanas a Cuba derivó en un debate en el que se vio inmiscuido Fidel Castro, la herencia de la revolución cubana y algunas reflexiones violentas sobre el devenir de la isla.  

Lo que hicieron las hermanas Kardashian, en compañía del rapero Kanye West (esposo de Kim), no tuvo nada de raro. Como muchas otras celebridades estadounidenses, aprovecharon el desbloqueo de su país con la isla para conocer uno de los paraísos del Caribe. Fumaron habanos, recorrieron el malecón a bordo de un llamativo convertible y se tomaron fotos en  algunos lugares emblemáticos de la capital cubana.

De hecho, según reportaron medios como CNN o Univisión, la presencia de uno de los clanes con mayor repercusión mediática en el mundo poco interesó a los cubanos. De acuerdo con estos medios, las hermanas se dieron una salida nocturna del hotel con su séquito de guardaespaldas y apenas si acapararon unas pocas miradas de los locales. Caso contrario de lo que pasó a solo unos kilómetros más al norte, donde cada uno de los pasos de Kim, de Khloé o de Kourtney en La Habana fueron seguidos con gran avidez desde las redes sociales.

Precisamente allí se desató la controversia. Desde su Instagram, Khloé registró sus postales habaneras. Una de ellas, posando bajo un monumento que tenía inscrito el nombre “Fidel”, recibió la mayor atención de todas. Y es que para muchos estadounidenses, el nombre del líder de la Revolución Cubana es sinónimo de tiranía y de terror. Así lo reflejaron los violentos comentarios que inundaron la foto de la celebridad.

“Borras una imagen en la que se te acusa de usar Photoshop pero no borras una imagen en la que te afilias con un líder comunista”. “Estúpida, ¡lee algo de historia!”. “Perra irrespetuosa”. “Ella debió haber borrado el nombre. Si hubiera dicho ‘Hitler’ o ‘KKK’ seguramente lo hubiera hecho”. Estos fueron algunas críticas que se leen en los más de 10.000 comentarios que en pocas horas ha acumulado la foto.

Otros defendieron a la Kardashian justificando que se trataba de una foto meramente estética, sin ningún mensaje político. También algunos aludieron a que posiblemente la chica ni sabría quién es Fidel Castro. Hubo respuestas agresivas entre usuarios, incluso se llegó a poner en la mesa el tema de la situación actual de la isla, y cómo esta estaba perjudicada o beneficiada por x o y causalidad. Un verdadero ejemplo de lo que puede provocarse en las redes sociales con simples elementos como una socialité famosa y un mensaje ambiguo.

Pero la polémica no se quedó ahí. Incluso un sector del organismo político de Estados Unidos se refirió a la situación. Es normal que las acciones de las Kardashian revuelvan las emociones de los ciudadanos del común, pero de ahí a que lleguen a ser discutidos por una parlamentaria, hay una distancia considerable. Y eso hizo Ileana Ros-Lehtinen, congresista republicana por Florida.

La congresista lanzó un comentario que, aunque fue ironizado, tenía un trasfondo bastante crítico. “¿Es que no ha sufrido el pueblo de Cuba lo suficiente? Fidel, Raúl Castro… y ahora las Kardashian. ¡No tiene fin su sufrimiento!”.

Se refería, en realidad, a la “triste realidad” que vive la isla caribeña bajo el gobierno de los Castro. Más tarde, agregó: “Khloe se para enfrente de un signo que dice Fidel y lo hace parecer como si fuera algo cool y sexy. ¡Fidel es un dictador no es un ídolo sexual! Y concluyó, vía Twitter, que “lejos de sesiones de fotos y de las bebidas frutales, los cubanos de a pie viven una triste realidad muy diferente. Ahora, las Kardashian se lanzan en paracaídas en la isla para su programa de televisión. ¿Cuánto de la realidad de los cubanos se mostrará en el reality show de las Kardashian?”

Ileana Ros-Lehtinen tiene ascendencia cubana, y ha sido una de las más férreas opositoras de las políticas de Obama con la isla. De acuerdo con las declaraciones de la congresista, el restablecimiento de las relaciones entre ambos países, enemistados desde la Guerra Fría, solo legitima la represión dictatorial del régimen de los Castro. También ha insinuado que esa nueva diplomacia podría significar una amenaza para la seguridad estadounidense.

Y ese pensamiento de la congresista no está solo. Un amplio sector del partido republicano cuestiona, e incluso demoniza, la entrada de Cuba en la órbita estadounidense. Donald Trump, seguro abanderado de los republicanos para los comicios de noviembre, es solo un ejemplo de ello. El magnate se ha pronunciado en contra de los latinos y ha mostrado su repudio frente al manejo que ha hecho Obama con Cuba en múltiples ocasiones.

Sin embargo, no deja de resultar curioso que toda la controversia se armara por una inocente y casual foto que cualquiera pudiera tomarse como recuerdo del paseo. Javier Martínez, periodista de Univisión, se preguntó si un turista que va a La Habana, sea de donde sea, no haría lo mismo y posaría frente a una parte de la historia, como lo es el monumento a Fidel Castro.

“Nos hemos vuelto tan intolerantes como insoportables”, escribió. Es cierto que la situación política entre Estados Unidos y Cuba promueve discusiones que inevitablemente derivan en la controversia. Cómo también es cierto que Instagram, y las demás redes sociales, se han convertido en un megáfono para todo tipo de recriminaciones. Pero unir ambas cosas, como quedó demostrado con la foto de la Kardashian, puede desembocar en polémicas tan insólitas como innecesarias.