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LO QUE SE HEREDA NO SE HURTA

Un millonario, Malcolm Forbes, se ha convertido en el "coco" de los millonarios.

6 de enero de 1986

La publicación se ha hecho legendaria. Año tras año la revista Forbes saca una lista de las 400 personas más ricas del mundo. Una lista que algunos detestan porque atrae la atención de la oficina de impuestos en Estados Unidos y otros países, pero que la mayoría espera con ansiedad, con el fin de comprobar hasta dónde la cuantía de su fortuna sigue siendo importante. Lo curioso es que la mayoría de los millonarios de esta lista son simples, amantes de la vida sencilla, enemigos de la ostentación y el derroche, y lo que es más divertido, esclavos del trabajo.
Esta lista es confeccionada por Malcolm Forbes, de 66 años, quien también es uno de los más reconocidos millonarios de Estados Unidos pero jamás aparece reseñado: la acumulación de los datos, la búsqueda de cifras, la comprobación con fuentes financieras y bancarias provoca una de las oleadas de resentimientos, celos y antipatías más agresivas durante varios meses y según Forbes la respuesta de la mayoría, cuando la revista les formula preguntas sobre sus fortunas, es la misma: "Mejor no publiquen mi nombre ni mi fortuna porque eso puede atraer a los terroristas. Bueno, si quieren publiquen mi nombre, pero no den cifras porque los de los impuestos pueden sentirse interesados...".
La lista que se viene publicando desde hace cinco años se ha convertido en una especie de símbolo de status y muchos se sienten molestos de que alguien, considerado inferior en capacidad y fortuna, de golpe aparezca en puestos más destacados entre los cuatrocientos. Otros se molestan si sus fortunas no están reseñadas y se molestan más si aparecen en puestos inferiores. Según Forbes, cáusticamente, es más fácil quedar fuera de la lista habiendo permanecido en ella y lo más difícil, por supuesto, es entrar por primera vez.
Para la clase empresarial y dirigente norteamericana la mítica lista de Forbes se ha convertido en un auténtico acicate y algunos, mirandó los nombres y cifras deben comentar en sus oficinas o dormitorios: "Si ese tonto ha podido hacer toda esa cantidad de dinero, yo que soy más inteligente y despierto que él, podré hacer el doble", y entonces se dedican a trabajar para mejorar su puesto en la lista y cuando saben que los datos están siendo recolectados por los investigadores y reporteros de Forbes, entonces tienen a la mano los libros de contabilidad, al día, como si esperaran a los inspectores de impuestos.
Forbes, es un millonario que colecciona obras maestras de pintura, conduce matocicletas (recientemente realizó un viaje por China en una moto), vuela en globos de aire caliente y tiene la que se considera la más grande y valiosa colección de soldaditos de plomo. Explicando la renuencia de numerosos multimillonarios a aparecer en esa lista, Forbes tiene una explicación muy humana, muy lógica: "Muchos de ellos se sienten enfermos y viejos, y no quieren que toda su fortuna vaya a parar a las manos de esposas, ex esposas e hijos, y por eso prefieren mantener en secreto la cuantía, así que si se presenta un caso de fallecimiento o divorcio, entonces no tienen que dividir una suma tan cuantiosa. La situación es peor cuando tienen varias ex esposas porque el reclamo de éstas será mayor".
Forbes sonríe cuando habla de estos temas. El mismo está casado desde hace 39 años y tiene cinco hijos y piensa que tiene un hogar estable, y refiriéndose al origen de las fortunas reseñadas, anota cómo en la última lista de los 400 nombres, 78 eran de mujeres, pero éstas no trabajaron esas fortunas, las heredaron de sus maridos o sus padres.
Pero hay otras excepciones, mujeres que han surgido de la nada, trabajando con las uñas, como Estee Lauder, cabeza de una cadena de laboratorios y tiendas de cosméticos. Lo mismo ocurre con Katherine Graham, la presidente de la junta que maneja el Washington Post, quien heredó una cuantiosa fortuna, pero hábilmente la ha multiplicado en los últimos años, luego de enviudar y después del escándalo que el periódico protagonizó cuando logró derribar al presidente Richard Nixon.
Forbes heredó la revista y la fortuna de su padre, y señala cómo de los 400 de la lista millonaria, 165 de ellos han logrado amasar su dinero trabajando ellos mismos, sin herencias significativas.
Los conoce a casi todos y dice que tienen algo en común: jamás llevan dinero en efectivo con ellos, casi no saben llenar un cheque, utilizan poco sus tarjetas de crédito y dejan que otros paguen por ellos. Y agrega: "Esas series de televisión que muestran la vida de los millonarios, demuestran sólo una cosa: los que verdaderamente gozan con esas fortunas son los que las presencian, los que saben de ella y no sus verdaderos propietarios, y éstos no se divierten tanto, como dice la televisión, y tienen una sola mujer, no tienen amantes, no tienen hijos rebeldes, trabajan de ocho a ocho, los fines de semana no se marchan a las Bermudas, sino que se quedan encerrados en sus oficinas trabajando con sus empleados y en el fondo desprecian esa imagen falsa que la televisión proporciona".
En esa lista de 400, aparece un hombre de sólo 37 años, Jim Jaeger, quien debe su fortuna a la imaginación y el buen humor: se sabe que los norteamericanos adoran la velocidad, pero detestan ser capturados por excesos en las autopistas. Para evitarlo, casi todos los vehículos tienen detectores de radar, pequeños aparatos que le avisan al conductor que varias millas más adelante se encuentra un auto de policía listo a capturar los infractores del límite de velocidad. En 1977, Jaeger con un amigo y a partir de otro modelo, se dedicó a buscar un aparato con más alcance, más confiable y que utilizara las microondas. Lograron un modelo que llegaba más allá de cinco millas a la redonda, mientras los otros sólo detectaban a media milla. El éxito de este invento ha sido increíble, Jaeger compró la parte del socio dos años atrás y lo que comenzó con unos cuantos cientos de dólares, ahora llega con la compañía, Cincinnati Microwave, a más de 175 millones.
El inventor de esta licencia para correr a cualquier velocidad también es el más joven de esta mítica lista y uno de los más listos.