Home

Gente

Artículo

Gabriel García Márquez. | Foto: Archivo SEMANA

LUTO

Las cenizas de Gabo serán repartidas entre México y Colombia

El embajador de Colombia en México dio a conocer la información a periodistas, desde la puerta de la casa del Nobel.

18 de abril de 2014


Las cenizas del premio Nobel Gabriel García Márquez serán repartidas entre México y Colombia, afirmó este viernes el embajador de Colombia en México, José Gabriel Ortiz.

El diplomático dio a conocer la información en declaraciones a los periodistas a la puerta de la casa del escritor colombiano, que pereció en esta capital el jueves, a la edad de 87 años.

"En México se queda desde luego alguna parte, por lo menos, y pensaría que se pueden llevar otra después a Colombia (...), y que reposaran parte de sus cenizas allá".


Respeto a la memoria del escritor. Así de vehemenete se mostró la familia del genio colombiano Gabriel García Márquez. Sus allegados informaron que en línea con esta petición los restos de Gabo serán cremados en una ceremonia privada y el lunes se realizará un homenaje en el Palacio de Bellas Artes, en la capital mexicana.

La directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), María Cristina García Cepeda, informó “que los restos del escritor serán cremados en privado” y precisó que “el lunes a partir de las 16 se realizará un homenaje luctuoso en el Palacio de Bellas Artes, donde el público podrá homenajear su legado”.

García Cepeda, acompañada por Jaime Abello, director de la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano quien llegó a este país para acompañar a la familia del nobel, leyó el comunicado a los periodistas que se encontraban afuera de la casa del escritor, ubicada en la calle Fuego, en la colonia Pedregal de San Ángel, en la Ciudad de México.

Ambos anunciaron que no se realizará ningún acto funerario hasta el lunes y Abello pidió a los medios que se retirarán del lugar para respetar la intimidad de la familia. Hasta ahora no se anunció donde descansarán finalmente los restos de García Márquez.

En el número 144 de la calle Fuego, al sur de la Ciudad de México, es el epicentro de unas jornadas de dolor por la partida del más grande escritor de lengua castellana del momento. Se trata de una bonita residencia colonial con una enredadera de buganvillas trepando por la fachada.

A las 14.56 de este día soleado, un Jueves Santo con la ciudad medio vacía por las vacaciones, se presentó en la puerta de la casa la periodista mexicana Fernanda Familiar, una íntima amiga del escritor y su mujer Mercedes Barcha. Llegó llorando y sin mediar palabra accedió al interior. Fue la primera señal externa de que el premio Nobel de Literatura había muerto.

Cinco minutos después, a bordo de un taxi apareció el escritor colombiano Guillermo Angulo. Llevaba una maleta, una bolsa blanca y un gorro de cazador. También entró sin decir ni una palabra. El asistente personal de García Márquez, Genovevo Quiroz, salía a dar instrucciones a los dos primeros policías que comenzaron a resguardar la calle. La familia quiere respeto y hasta ahora todo mundo se han inclinado silencioso ante esta petición. El hombre que revolucionó el idioma castelllano y quien es desde ya considerado un clásico de las letras.