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Richard Nixon intentó destapar un supuesto caso de infidelidad de Ted Kennedy para evitar que se le atravesara en las elecciones presidenciales de 1972.

REVELACIÓN

Los secretos de 'Ted'

Documentos del FBI sugieren que 'Ted' Kennedy era tan aficionado al sexo como sus hermanos John F. y Robert. También que estuvo en peligro de ser asesinado como ellos.

21 de junio de 2010

Cuando nadie creía posible que los Kennedy, ya todos en la tumba, protagonizaran un nuevo escándalo, el FBI se encargó de hacerlo la semana pasada. En esta ocasión el epicentro no fue el presidente John F. Kennedy -una de las braguetas más bravas de Norteamérica- ni su hermano, el fiscal general Robert Kennedy -que no se le quedó atrás como seductor de leyenda en Washington y Hollywood-, sino el menor y el último de la que ha sido considerada la familia real de Estados Unidos: el eterno senador Edward Kennedy, que murió de un tumor cerebral en agosto de 2009.

Las revelaciones en este caso son verdaderamente jugosas, aparecen en 2.352 páginas de archivos que la policía secreta gringa desclasificó el lunes pasado y cubren el periodo comprendido entre 1961, año en que se posesionó como presidente John F. Kennedy, y 1985, es decir, un lustro después de que Edward perdiera en la convención demócrata ante Jimmy Carter la posibilidad de convertirse en candidato presidencial.

Los archivos del FBI dejan claro que 'Ted' Kennedy, como se le conocía popularmente, fue objeto de varias amenazas de muerte y que su final pudo haber sido como el de John F. y Robert, asesinados en 1963 y en 1968. Pero no solo eso. También constatan que el gobierno de Richard Nixon intentó vincularlo sentimentalmente con Mary Jo Kopechne, la mujer que en 1969 murió ahogada en un automóvil conducido por Edward, y que él tomó parte en varias orgías con auténticas celebridades en las noches de Nueva York.

Fue J. Edgar Hoover, todopoderoso y muy polémico director del FBI desde 1924 hasta 1972, el que alertó de las amenazas de muerte contra 'Ted'. "Por favor, asegúrense de que tenga la protección que necesita. Ahora solo nos queda un Kennedy", ordenó por escrito el 6 de junio de 1968, tras el asesinato de Robert en un hotel de Los Ángeles. Y tenía razón. Para entonces, Edward ya había sido amenazado y siguió siéndolo por varios años. Una vez, por ejemplo, le llegó un fotomontaje en el que su frente se veía con el orificio de una bala. En otra oportunidad se supo que Sirhan Sirhan, el asesino de Robert, trató de pagar dentro de la cárcel en 1977 un millón de dólares para liquidarlo.

Otro asunto que los archivos desclasificados el lunes pasado permiten comprobar es que en tiempos de Nixon en la Casa Blanca, John Dean, asistente del vicefiscal general Richard Kleindienst, le pidió al FBI que investigara si Kopechne había pasado vacaciones en Grecia en agosto de 1968, justo cuando 'Ted' había estado allá con la viuda de John F., Jacqueline Kennedy. Kopechne murió un año después en Chappaquiddick, en el estado de Massachusetts, cuando viajaba de noche en un carro conducido por Edward, que perdió el control, fue a parar a un arroyo y escapó sin ayudarla. Todo indica que Nixon, perverso como siempre, buscaba destapar un presunto caso de infidelidad de 'Ted' para hacerle zancadilla e impedir que se le atravesara en las elecciones de 1972.

Los papeles del FBI también muestran sexo puro y duro. Un documento menciona una serie de orgías en el célebre Hotel Carlyle del Upper East Side de Manhattan, donde funciona uno de los mejores bares de jazz de Nueva York. En ellas, dice el texto, estaba 'Ted' Kennedy en compañía de sus dos hermanos mayores y de otros personajes rutilantes como Frank Sinatra, Sammy Davis Jr. y, cómo no, Marilyn Monroe, rubio el cabello, rojos los labios, corta la falda y bien puesto todo, todo lo demás.

Esta última revelación es quizá la más escandalosa de los archivos desclasificados por el FBI, porque Edward, venerable senador apegado a las causas liberales, no tenía fama de seductor desaforado como sus hermanos John y Robert. Y hace presagiar que las historias de este clan familiar de Massachusetts son de película y seguirán dando de qué hablar por varias generaciones.