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¡Magia, magia!

J.K. Rowling ha sido declarada como una de las mujeres más ricas del mundo. Hasta hace poco estaba desempleada y deprimida. ¿Cómo lo logró?

5 de mayo de 2003

La semana pasada el periódico británico The Sunday Times publicó su tradicional lista anual de las personas más ricas del país. La sorpresa corrió por cuenta de la autora Joanne Kathleen. Rowling, quien con una fortuna de 445,5 millones de dólares, superó a la de la reina Isabel, que figura con 397 millones. De la mágica suma de la escritora, 240 millones provienen de sus libros y el resto de los derechos cinematográficos y de mercadeo de su personaje, Harry Potter. Los resultados no deberían sorprender pues Rowling fue la mujer de Gran Bretaña que más dinero ganó en 2002, con ingresos por 77 millones de dólares. Las cifras de su fortuna llaman la atención cuando se sabe que hasta hace poco la célebre escritora no era más que una madre soltera, desempleada, que dependía de un subsidio del gobierno de 70 libras por semana (cerca de 100 dólares) y se encontraba al borde de una fuerte depresión. La historia de la autora es tan fantástica como la de su personaje. Desde los 6 años, en su hogar de Chipping Sodbury, cerca de Bristol, Joanne supo que lo que quería hacer en la vida era escribir y a esa edad hizo su primer cuento. Uno de sus pasatiempos era pasear por el cementerio vecino a su casa en busca de nombres para los personajes de sus historias. Sin embargo, como ella misma opina, años más tarde se desvió del camino y decidió estudiar francés y lenguas clásicas. Luego viajó a Londres para hacer un curso de secretariado bilingüe y trabajó para Amnistía Internacional. Por ese entonces aprovechaba la hora del almuerzo para ir a algún café y escribir la novela para adultos en la que trabajaba. Joanne abandonó el empleo porque su novio se trasladó a Manchester y le pidió que lo acompañara. En uno de sus viajes, cuando regresaba a Londres después de visitarlo, ¡Abracadabra! apareció en el vagón un niño delgado de gruesas gafas y con una cicatriz en su frente. El milagro sucedió en 1990, cuando ella tenía 25 años. "Nunca había sentido tal emoción y supe de inmediato que sería divertido escribir acerca de ese personaje", explicaría años más tarde. Y no se equivocó. Gracias a esa visión que como por arte de magia se formó en su mente J.K. Rowling es hoy una de las escritoras más conocidas, no sólo en Gran Bretaña, pues sus libros han sido publicados en 55 idiomas y distribuidos en más de 200 países. Pero en el tren, en el instante del chispazo, Rowling no tenía ninguna hoja, ni un bolígrafo que sirviera para plasmar la mejor idea de su vida. Y como no podía escribir tuvo tres horas de recorrido para pensar. Así vinieron a su mente la escuela Hogwarts y otros personajes, como Hagrid, Ron y la estudiosa Hermione, que según la misma autora es un reflejo de ella durante sus años escolares cuando se empeñaba en destacarse. El hecho de inspirarse en sus propias vivencias es una característica de la literatura de Rowling: el apellido Potter lo tenía una familia vecina, Harry cumple el 31 de julio, día en que ella nació, y el duro profesor Snape tiene gran parecido con una maestra que ubicaba a sus alumnos de acuerdo con su inteligencia. "A mí me puso en la fila de niños cortos de luces porque al principio no era buena en matemáticas", cuenta. La escena en la que Harry ve por el espejo a sus padres despidiéndose de él es una imagen muy importante en su vida relacionada con la muerte de su madre. Con ese material ideó una historia que se desarrollaría en siete libros y empezó a escribir el primero: Harry Potter y la piedra filosofal. Pero no podía vivir de una ilusión. Entonces tuvo la oportunidad de trasladarse a Oporto, Portugal, para trabajar como profesora de inglés. Allí conoció a un periodista llamado Jorge Arantes, con quien se casó al poco tiempo y tuvo a su hija Jessica, pero el matrimonio fue fugaz. En 1993, decepcionada por su mala suerte y sin un penique, viajó a Edimburgo, Escocia, donde vivía su hermana. Su situación le produjo una fuerte depresión, de la cual sólo saldría después de nueve meses de terapia y escribiendo la historia que había comenzado tres años atrás en un tren. Como en su pequeño apartamento de una sola pieza no tenía calefacción prefería pasar las tardes en bares y cafés, donde no siempre veían con buenos ojos que permaneciera horas enteras escribiendo con una sola taza. Pero su cuñado abrió su propio local, el Nicolson's, y allí en hojas y servilletas fue plasmando el mundo de hechiceros y muggles hasta que en 1995 terminó el primer libro. Luego se dedicó a pasar a máquina el manuscrito y como la idea era ahorrar cada penique decidió mecanografiarlo varias veces antes que gastar el dinero en fotocopias. Tres editoriales rechazaron el texto pues consideraron que 250 páginas eran demasiado para un niño. Hoy deben estar arrepentidas de haberle dejado semejante mina de oro a Bloomsbury, que le pagó 15.000 dólares por los derechos y el 30 de julio de 1997 publicó Harry Potter y la piedra filosofal. Sus problemas económicos terminaron: viendo el éxito del libro en el Reino Unido la editorial norteamericana Scholastic le pagó 150.000 dólares por los derechos de publicación en Estados Unidos. En noviembre de ese año ya se había publicado en ocho países, vendido 30.000 copias y obtenido, entre otros premios, el Smarties Book Prize Gold Award. Desde entonces no ha podido parar de escribir. Al primero le siguieron Harry Potter y la cámara secreta (1998), Harry Potter y el prisionero de Azkabán (1999) y Harry Potter y el cáliz de fuego (2000), de los cuales, según los agentes de la autora, Christopher Little Literary Agency, se han vendido hasta la fecha 203 millones de copias en todo el mundo. El cuarto libro de la serie vendió 350.000 copias sólo en su primer día, convirtiéndose en el libro que más rápido se ha vendido en la historia. En 2000 Rowling hizo parte de la lista anual de la revista Forbes de las 100 celebridades que más ganaban en el mundo. Apareció en el puesto 24 debajo de Michael Jordan y por encima de la cantante Cher. A pesar de su éxito, el ascenso de J.K. Rowling no ha estado libre de obstáculos. Algunas congregaciones religiosas la han tildado de inducir a la brujería por medio de sus libros y el año pasado fue acusada de plagio, aunque salió bien librada. La carrera de esta escritora empezó a bordo de un tren y hoy va sobre rieles. El quinto libro, Harry Potter y la orden del fénix, se publicará el 21 de junio y ya es un éxito en ventas. Cuando en enero se anunció la fecha del lanzamiento el portal de ventas por Internet Amazon.com indicó que en menos de 24 horas se convirtió en el más pedido. No hay duda: la magia de sus libros hizo un milagro con sus finanzas.