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MAMA ABUELITA

Una mujer estadounidense rompió el récord de maternidad tardía al dar a luz una niña a la edad de 63 años.

2 de junio de 1997

La semana pasada los médicos de la Universidad del Sur de California hicieron un anuncio que levantó polvareda en todo el mundo. Una mujer que fue fecundada con un óvulo donado, dio a luz a una niña a la edad de 63 años. La mujer, cuyo nombre aún se mantiene en reserva, deseaba tener un hijo con tal ansiedad que mintió acerca de su edad para ingresar al programa que establece un límite de edad de 55 años.
No es el primer caso de una mujer que rompe con las leyes de la naturaleza para vivir lae xperiencia de la maternidad. Pero sí es la madre más vieja del mundo. En los últimos 10 años se han dado casos similares, como el de una mujer británica que a los 59 años dio a luz un par de mellizos luego de recibir un óvulo fecundado de otra de 20 años. En Italia se conocen 15 casos de madres posmenopáusicas que después de los 50 años han dado a luz por tratamientos similares. Sin embargo estas historias no han sido tan impactantes como la ocurrida hace dos años, cuando Rossana Dalla Corte quedó embarazada a los 62 años. Ella y su esposo querían tener otro bebé después de que su único hijo, de 19 años, muriera en un accidente automovilístico.
La madre de 63 años no sólo establece un nuevo récord en materia de edad para tener hijos sino que también pone otra vez sobre el tapete la discusión en torno de si una mujer que debería estar pensando en la jubilación está en edad de volver al trajín de los pañales y los teteros. Y el debate no es de poca monta por cuanto las modernas técnicas de fecundación permiten lograr en forma artificial algo que la naturaleza niega. Aunque la técnica mediante la cual esta anciana de California pudo dar a luz un hijo se desarrolló para mujeres jóvenes a quienes se les han extirpado los ovarios y desean procrear, también ha sido empleada para convertir en madres a las mujeres que han pasado la menopausia.
El procedimiento consiste en fecundar en el laboratorio óvulos donados de mujeres jóvenes, que son fertilizados con esperma de su esposo o de cualquier donante. Cualquier mujer con útero podría llegar a quedar embarazada. Lo que importa en estos casos no es la edad de la madres sino la edad de la donante del óvulo. En el caso de la mamá de 63 años, ningún médico ha criticado su actitud de querer tener un hijo a semejante edad pero les preocupa que en un futuro cercano se generalicen estos embarazos tardíos. No sólo por los problemas prácticos como el hecho de que cuando su hija tenga 15 años ella tendrá 78. "La niña terminará cuidando a sus padres y no al contrario, como debería ser", dijo a la prensa un experto estadounidense en pensamiento social. Sin embargo las discusiones han ido más allá de los cuestionamientos prácticos para enfocarse en los éticos. "La gente ya no acepta los límites naturales de la vida", opinan los expertos. Muchos creen incluso que los hombres tampoco deberían procrear después de cierta edad. "Si los cuerpos de las mujeres no son capaces de hacer bebés después de la menopausia, entonces está mal hacer algo que la naturaleza no permite", dijo uno de los médicos que manifestó estar en contra de este tipo de tratamientos.
Con todo, mientras las mujeres contemplan la posibilidad de postergar el nacimiento de sus hijos para poder alcanzar sus metas profesionales, las que ya tienen edad de abuelas se someten a tratamientos para tener a sus hijos. Posiblemente, mientras la sociedad discute el tema la tecnología se generalice a tal punto que los niños deberán acostumbrarse a ser criados por ancianos y a tener que cuidar de sus padres desde muy temprana edad.