Media vuelta y a la casa

Cuando Paris Hilton descendió de su avión privado en un aeropuerto de Tokio, en Japón, lista para asistir a un desfile promocional de su firma de ropa, la Policía la recibió con una piedra en la mano. Después de someterla a un interrogatorio de seis horas, las autoridades la deportaron, pues la ley japonesa puede negar la entrada a personas condenadas por delitos relacionados con estupefacientes. La heredera del imperio hotelero Hilton había sido detenida el 27 de agosto en Las Vegas, cuando, al extraer de su cartera un lápiz labial, se le cayó una bolsa con cocaína. La mujer declaró que el bolso no le pertenecía, a pesar de que unos días antes había afirmado a través de Twitter: “Me encanta mi nueva cartera Chanel”. Además de la condena a 200 horas de servicio comunitario y a un año de libertad condicional, a Paris le toca aguantarse que la devuelvan a la casa. Pero esta no es la primera vez que la rubia tiene líos con la justicia. En junio la pillaron con marihuana durante el Mundial de Fútbol de Sudáfrica, y en 2007 tuvo que pagar una condena en prisión por manejar con una licencia que le había sido suspendida por conducir ebria y sobrepasar los límites de velocidad permitidos.