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Mi agüita amarilla

7 de agosto de 2000

Al príncipe Ernst de Hanover lo criticaron mucho por orinar en público durante la Expo 2000. Sin embargo a Guillermo Marín ese mismo hecho le valió el aplauso del público. El artista quindiano presentó el jueves de la semana pasada la performance ‘La imposibilidad adquirida de escapar’ en la sede de la Alianza Francesa de Bogotá y durante un momento de su interpretación el joven se subió a un escalón que había en el escenario y, para sorpresa de los asistentes, se orinó en un balde. La imagen, lejos de ser desagradable, fue bien recibida por los espectadores ya que a lo largo de la performance Marín había trabajado muchas escenas tensionantes y su ‘desahogo’ supuso un descanso tanto para el protagonista como para su público.