Michelle Obama: No es lo que parece

La primera dama de Estados Unidos es una mujer sonriente, con estilo y chispa. Los estadounidenses adoran a Michelle Obama –su nivel de favorabilidad es de 66 por ciento, más alto que el de su esposo, Barack– y los medios la han adoptado como nuevo símbolo de elegancia. Pero, como todos, Michelle tiene algunos defectos. Un reportaje del diario New Republic la muestra como una jefa exigente y estricta, que aterroriza a sus empleados. Su oficina es “un sitio confinante, frustrante y miserable para trabajar” confesaron algunos miembros de su personal, quienes además se quejaron de que el más mínimo error es considerado una tragedia. “Michelle insiste en planificar todo con meses de anticipación, es demasiado rígida”, dijo uno de ellos. La primera dama luce relajada y divertida en público pero, al parecer, hasta eso se planea meticulosamente.