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Ni un centavo le dejó Bette Davis a su hija Barbara por haber publicado un libro contra ella.

11 de diciembre de 1989

Dicen que la venganza es dulce. Eso están pensando amigos y enemigos de la actriz Bette Davis, fallecida el 6 de octubre en París, después de conocer su testamento, abierto exactamente un mes después en Nueva York.
La verdad es que todos esperaban algo parecido: las dos hijas y los dos nietos no recibirán un solo centavo de herencia y, en cambio, el efectivo y las propiedades que cuestan más de un millón de dólares han pasado a manos de su hijo adoptivo, Michael Woodman Merrill, y su secretaria y confidente de muchos años, Kathryn Sermack.
La escritora B.D. Hyman (las iniciales significan Barbara Davis), hija natural de la actriz, había publicado en 1985 un libro extraño. "El guardián de mi madre", una diatriba de 347 páginas, en la cual la madre aparece como una mujer maniática, tirana y egocéntrica, más preocupada por su carrera y los sucesivos maridos que por los hijos.
El libro apareció en el peor momento para la actriz. Sobreviviendo a una mastectomía, sufrió un infarto, se repuso y una mañana resbaló, se cayó, se fracturó la cadera y tuvo que ser sometida a una prolongada cirugía.
El libro le dolió profundamente. Ciertos pasajes eran verídicos, correspondían al carácter muy difícil de la madre, pero Barbara exageró con malicia otras situaciones. Los amigos más cercanos afirmaron entonces que la actriz sintió más pena que rabia y a través de otras personas pidió a la hija que no la buscara más y agradeciera en cambio la buena vida que había tenido.
Por ese libro y el daño moral ocasionado, B.D. Hyman fue desheredada, lo mismo que sus dos hijos, los únicos nietos de la actriz, Ashley y Justin Hyman. Al leer el testamento, el abogado de la Davis dijo: "Desgraciadamente la madre (B.D.) hizo que sus hijos siguieran su camino, y no el de sus propios corazones... A la larga ellos se sentirán apenados y dentro de veinte años dirán: "Esta era mi abuela ¿ Por qué no la conocimos?".
Lo curioso es que, junto a la hija natural, una adoptada, Margot Mosher Merrill, quien es retardada mental y vive en un asilo para esta clase de enfermos en cercanías de Nueva York, también resultó desheredada. A la lectura del testamento asistieron pocas personas y todas se estremecieron al escuchar, a través del abogado y albacea, las palabras vengativas:"Declaro que intencionalmente y con pleno conocimiento omito dejar herencia a mis hijas, Margot Mosher Merrill y Barbara Davis Hyman, así como a mis nietos, Ashley Hyman y Justin Hyman", decía en la página número 10 del documento, fechado en septiembre de 1987, o sea, dos años después de aparecido el libro.
A pesar que Bette Davis publicó después su autobiografía con el título de "Esto y aquello", en la cual se defendía de las acusaciones de bruja perversa, el daño ya estaba hecho.
El caso de su secretaria, asistente y compañera permanente, Kathryn Sermack, es interesante. Quizás era la única persona que jamás se quejaba de sus maneras tiránicas. La llevaba a todas partes y, mientras la actriz se veía más pequeña, más frágil y más vulnerable, la presencia de Kathryn era más discreta. En alguna ocasión la misma Bette Davis, reconociendo su abnegación, decía: "Hubiera deseado presentarle más personas, que hiciera más amigos, pero ella prefería quedarse en casa conmigo o acompañándome en los viajes". Ahora esa abnegación ha sido justamentere compensada". ·