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Niña por siempre

5 de septiembre de 2009

Brooke Greenberg está congelada en el tiempo. Tiene 16 años, pero aún usa pañales, no puede hablar ni caminar, mide 76 centímetros y pesa apenas ocho kilos, como un bebé de algo más de 6 meses. Su condición, única en el mundo, tiene conmocionada a la comunidad médica, según la revista People. De especialista en especialista el caso llegó a manos del genetista Richard Walker, quien descubrió que Brooke presenta una mutación parcial en el gen que controla el desarrollo y el envejecimiento, y asegura que no hay forma de tratarla. "Cuando la conocí pensé que quizás ella podría tener la respuesta a la pregunta de por qué somos mortales, la más profunda de la humanidad, y quizá podría tener la clave de la inmortalidad", dijo Walker a SEMANA. Para los Greenberg, quienes además de Brooke tienen tres hijas saludables, la vida con ella es un regalo de Dios. Mientras Walker continúa su investigación, que según él podría conducir a aislar el gen del envejecimiento y extender la vida de las generaciones futuras, su madre, Melanie, ya no espera respuestas. En lugar de eso se esfuerza porque Brooke tenga una vida tan normal como se pueda. "Pero es doloroso cuando oigo hablar a mis amigas de los planes de sus hijas para la universidad y el baile de graduación, eso debería esperarle a Brooke".