No hay que ser perfecto

Este año la edición de ESPN dedicada al cuerpo (The Body Issue) trae las imágenes de siempre con deportistas de abdómenes imposibles. Entre tanta perfección solo desentona una figura: la de Prince Fielder, beisbolista de los Texas Rangers. Con 125 kilos y una enorme barriga cubierta de tatuajes, el jonronero es el verdadero protagonista del tradicional número, por encima de nombres más conocidos como Michael Phelps o Venus Williams. “Mucha gente probablemente cree que no soy atlético o que ni siquiera me entreno, pero sí lo hago. Solo porque seas grande no significa que no puedas ser un atleta –dice Fielder en la revista–. Y solo porque entrenes no significa que vayas a tener un ‘six pack’. Voy al gimnasio para asegurarme de que puedo rendir a mi máximo nivel. Más allá de eso, mi objetivo no es ser modelo”. Hijo de Cecil Fielder, una leyenda del béisbol en Estados Unidos, el jugador de 30 años se ha vuelto famoso por su talento para anotar home runs y su particular estilo en el campo. Hace unos meses, en un partido contra los Marines de Seattle, falló cuando intentaba atrapar una bola y fue a dar contra una valla, donde aprovechó para quitarle un nacho a uno de los espectadores. Aunque su posición en el equipo por lo general la ocupan beisbolistas corpulentos, Fielder definitivamente llegó a marcar tendencia.