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PADRE POR ACCIDENTE

El nombre del príncipe Alberto de Mónaco se suma a la larga lista de celebridades demandadas por paternidad.

11 de enero de 1993

LOS RECLAMOS de paternidad se están convirtiendo en pan de cada día para las figuras famosas. En los últimos tiempos, personajes de la talla de Julio Iglesias, el futbolista argentino Diego Armando Maradona, el torero Manuel Benitez "El Cordobés" y Robert de Niro, han tenido que afrontar los escándalos ocasionados por las demandas de mujeres con las que supuestamente han sostenido romances y quienes, a la postre, han acudido a los tribunales para que los hagan responder por la supuesta paternidad de sus hijos. Y de estos líos no se escapa ni la realeza. Ahora el turno le tocó al príncipe Alberto de Mónaco. Hace un par de semanas apareció una joven californiana que afirma que el heredero del Principado de Mónaco es el padre de su hija de siete meses.
La joven Tamara Jean Rotolo afirmó que, en agosto del año pasado, luego de pasar unos días junto al príncipe Alberto, descubrió que estaba embarazada. Lo primero que hizo fue comunicárselo al príncipe y seguir adelante con el embarazo.
Según ella, cuando le anunció la noticia, él le respondió que no había ningún problema y afirmó que se haría cargo económicamente de la niña, siempre y cuando el asunto se mantuviera en absoluta reserva. Le manifestó también su disposición a someterse al "test" de paternidad.
Pero lo cierto es que el príncipe no cumplió nada de lo que le prometió. La joven californiana decidió entonces armarse de valor y viajar a Nueva York, donde lo enfrentó en el hall del hotel donde él estuvo hospedado, a finales de 1991.
Para evitar discusiones fue al grano y le entregó un documento expedido por la Corte Suprema de Justicia de California.
Se trata de una citación en la que la demandante -la joven-, exige al demandado -Albert Alexandre Louis Pierre Grimaldi- que se someta al "test" de paternidad.
El príncipe aún no se ha sometido al examen. Y será la justicia la que en última instancia determine la verdad qué hay detrás de todo este asunto. Por ahora las últimas pruebas físicas existentes son la niña, a quien la joven californiana bautizó Jazmin Grace Grimaldi, y unas fotografías en la que aparecen juntos Albert y la Rotolo. Lo que sucede es que este tipo de fotografías carecen de validez como prueba porque son muy similares a las miles que se le toman a las figuras de la monarquía y del jet set durante sus vacaciones de verano. Y en el caso del prícipe Alberto existe toda una colección gráfica donde aparce junto a diversas jóvenes en escenarios de playa o en un yate.
Como siempre sueede en estos casos, Tamara Jean Rotolo ha declarado que su intención no es la de molestar ni enlodar el nombre del príncipe Alberto. "Creo que lo que estoy haciendo es lo mejor que puedo hacer por mi hija. Quiero que su padre la reconozca como tal", afirmó cuando aseguraba a la prensa que no retirará los cargos. Pero además de la demanda de reconocimiento de la paternidad, en la petición que la Rotolo presentó ante los tribunales de California exige también cerca de 9.000 dólares mensuales para los gastos de la niña, una suma similar para costear los gastos del juicio, 23.000 dólares para pagar los honorarios del abogado, y otros 27.000 dólares para cubrir los gastos de embarazo y de alumbramiento.
A estas alturas, el príncipe Alberto no ha roto su silencio. El Principado de Mónaco tampoco ha hecho ninguna declaración. Pero como van las cosas el avispero no tardará en alborotarse causando un nuevo dolor de cabeza al príncipe Rainiero, pues su hijo y heredero seguramente tendrá que rendir cuentas ante la justicia norteamericana.