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| Foto: Cortesía El Espectador

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El padre Almansa toma camino a la santidad

El Vaticano declaró al sacerdote Rafael Manuel Almansa Riaño “Siervo de Dios”, el primer título que se debe obtener para algún día llegar a ser un santo.

14 de mayo de 2016

Esa noche las campanas de la iglesia de San Diego, en Bogotá, sonaron a duelo, y eso bastó para que la gente comenzará a gritar “se murió el santo, se murió el santo”. Se trataba del sacerdote Rafael Manuel Almansa Riaño, a quien querían por su labor con los sectores de la sociedad más apartados de la fe y de las buenas costumbres, como los alcohólicos, los bohemios y las prostitutas. Ahora, 89 años después, acaba de comenzar a subir los escalones hacia la santidad. El martes, el Vaticano reconoció sus virtudes heroicas y lo declaró Siervo de Dios, el primer título que debe recibir para, algún día, llegar a ser santo. Por ahora, falta que se le compruebe un primer milagro para que lo nombren beato y un segundo que lo lleve a la canonización.