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Pánico escénico

Meryl Streep no se acostumbra a la fama. Aunque en su sala exhibe una colección envidiable de dos premios Óscar y ocho Globos de Oro, los nervios la traicionan cada vez que sube al escenario para recibir un galardón.

18 de febrero de 2012

Meryl Streep no se acostumbra a la fama. Aunque en su sala exhibe una colección envidiable de dos premios Óscar y ocho Globos de Oro, los nervios la traicionan cada vez que sube al escenario para recibir un galardón. Cuando ganó su primera estatuilla dorada en 1979 por Kramer vs. Kramer, la olvidó en el baño, y en 1982, al momento de recibir la segunda por Sophie's Choice, se le cayó el discurso en el camino y tuvo que improvisar. 30 años después la emoción le sigue jugando malas pasadas. En la más reciente entrega de los Globos de Oro se aseguró de preparar sus palabras de agradecimiento, pero no pudo leerlas porque dejó sus gafas en la silla. Y hace unos días, en la entrega de los Bafta, se tropezó con las escaleras y perdió uno de sus tacones. Por fortuna, allí estaba Colin Firth quien, al mejor estilo de Cenicienta, recuperó la zapatilla y se la puso de nuevo. Ella lo recompensó con un beso en la boca y el publico estalló en aplausos. Streep, de 62 años, es la candidata más fuerte al Óscar por su actuación como Margaret Thatcher en La dama de hierro y por eso desde ya sus seguidores hacen apuestas sobre qué torpeza cometerá si llega a subir a la tarima del teatro Kodak.