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PARA RUSIA CON AMOR

Paul McCartney lanza disco en la Unión Soviética.

12 de diciembre de 1988

Todo comenzó cuando la televisión británica reprodujo un informe realizado por un equipo de periodistas de la cadena norteamericana ABC, en las calles de Moscú, hablando con la gente, averiguando sus esperanzas y emociones, dialogando con jóvenes y viejos que hablaban de música, la paz, la comida de todos los días, y en medio de ese intercambio de ideas, un ciudadano anónimo mencionó al músico Paul McCartney, dijo que tenía sus discos, que se sabía de memoria sus canciones y que esperaba que alguna vez pudiera grabar con un sello soviético.
McCartney, sentado en la alfombra de su apartamento en el corazón de Soho, en Londres, dentro de un edificio de tres pisos, con vidrios negros y estrecha vigilancia, donde funciona su casa productora, miró ese programa y confiesa que se sintió tocado por la nostalgia, la misma que golpeaba a Los Beatles cuando muchos años atrás miraban por la televisión las manifestaciones antibelicistas ante la Casa Blanca, con los muchachos que cantaban "Todo lo que te hace falta es amor" y "Denle al mundo una oportunidad" y se sentían felices de estar haciendo algo importante por la humanidad, contra la guerra.
La emisión de ese reportaje en las calles de Moscú, coincidió con algunos contactos que representantes del sello discográfico soviético "Melodya" habían adelantado en otras ocasiones con Bernard Doherty, apoderado del cantante y cuenta éste que en septiembre del año anterior se reunieron seis músicos en ese estudio y comenzaron a grabar, no les dio tiempo para pensar y poco a poco fue surgiendo un disco que según McCartney, hizo con el alma: "Aquí están el rock y las canciones de mi juventud: 'Tiempo de verano', 'Todo en orden mamá', 'Sólo porque sí'... La verdad es que era una forma de estar presente en un momento histórico como éste cuando la distensión es el estilo, es el lenguaje utilizado por las grandes potencias en sus relaciones. Recuerdo que cuando yo era todavía un chico, con frecuencia le preguntaba a mi padre: '¿La gente quiere la paz? ' Y él siempre me respondía: 'Sí, la gente en todos los países quiere la paz, los que se pelean son los gohiernos, los líderes, los militares'... Yo siempre he recordado esas palabras".
Desde cuando aceptó lanzar su disco en la Unión Soviética, las declaraciones del ex Beatle han sido todas con ese lenguaje, más pacifista y conciliador que nunca, y McCartney, como buen negociante que es, sabía que sus grabaciones circulaban bien en la Unión Soviética y que los muchachos han memorizado de generación en generación esos temas, y entonces aceptó y se sintió obligado a dar más explicaciones sobre su postura política, especialmente la de antes: "Desde los tiempos de Los Beatles fuimos honestos con nosotros mismos. Nunca fuímos muñecos y si los norteamericanos nos preguntaban qué pensábamos de Vietnam, les respondíamos: 'Esto es una guerra y ustedes no tienen nada qué hacer allí'. En otras palabras, a nuestro modo fuímos mensajeros de la paz aunque nunca ocupamos puesto oficial alguno. Cantábamos 'Todo lo que te hace falta es amor' y algunos decían que era una canción frívola pero en el fondo nos sentíamos todos muy juntos, muy unidos "
La pregunta que los jóvenes soviéticos se plantean es por qué esta aproximación entre McCartney y su país no se logró antes y el músico tiene su versión: "Es que simplemente el clima ha cambiado. ¿Qué está pasando ahora? Cada vez más gente cobra esperanzas. Yo no sé lo que ocurre en la Unión Soviética pero esos cambios son palpables en países como Gran Bretaña y Estados Unidos. No todo se logra en las relaciones internacionales pero es evidente un movimiento hacia una mayor comprensión".
Ante los periodistas asombrados con su franqueza, McCartney ha confesado que antes de este proyecto, antes de aceptar grabar un disco para un sello soviético, nada sabía sobre ese país, ni siquiera durante la temporada como Beatle. En ese entonces, el único país socialista donde estuvieron fue Yugoslavia: en Zagreb muchos recuerdan todavía el concierto que dieron. Cuando repasaban sus éxitos y sus fracasos siempre uno de los cuatro soñaba con mirar el amanecer en la Plaza Roja y decían: "Qué bueno sería ir a cantar en Moscú".
Pero todo se quedaba en proyectos; el rumor iba de un lado a otro de Europa y los muchachos rusos se quedaban esperándolos, inútilmente. La idea de una presentación en vivo de McCartney y su grupo sigue en pie, más el artista es cauteloso: "Me gustaría, es una idea que sigue dando vueltas en el aire y hemos establecido algunos contactos pero primero queremos ver cómo marcha el disco, qué impacto tiene, qué respuesta recibe de los soviéticos y entonces decidiremos sobre una gira próxima, coincidiendo con otros países socialistas".
Intérprete que utiliza la mano izquierda para la guitarra ("Sencillamente porque soy zurdo, siempre lo he sido"), rechaza cualquier etiqueta para la música que compone ("Sencillamente hay que llamarla música. Ocurre que tengo varios estilos, a veces interpreto rock, a veces alguna otra cosa. En general mi corazón tiende a lo melódico. Este tipo de canciones mías vive más que otro. La verdad es que no me gusta poner la música en categorías"), ha aprovechado las entrevistas con reporteros soviéticos que han estado en Londres, buscándolo para preparar publicaciones que hagan ambiente a la aparición del disco, para hacer un balance de su vida y su obra, con apreciaciones como estas:
- La canción que más le gusta, y que recuerda con especial interés es "Yesterday", pero si quisiera ser brutalmente sincero, escogería una pequeña pieza, una pieza tonta llamada "Tú sabes mi nombre, mira el número de mi teléfono". Nadie la recuerda.
- Con George y Ringo ha conservado muy buenas relaciones. Tuvieron discusiones que se referían a cuestiones comerciales. Por esas discusiones se disolvió el grupo. Se trataba de demasiado dinero. Hoy tiene buenas relaciones con ambos. "Ahora somos más viejos y reflexivos".
- No cree que se vuelvan a juntar para grabar algo. La verdad es que es difícil decirlo. Les han ofrecido sumas multimillonarias pero piensan que es una etapa ya superada. Ya dejaron su huella. "Comenzamos a tiempo, hicimos todo lo que pudimos y terminamos a tiempo. La verdad es que nadie tiene la última palabra".
- Uno de sus hobbies es la pintura, pero su vida está marcada por la música. Cuando tiene tiempo se sienta al piano o toma la guitarra y compone algo. "Se puede estar largo tiempo sin resultado y de pronto algo comienza a nacer".
- "Siempre me piden un consejo para los músicos que principian y yo les digo: antes que nada, no rendirse nunca. Nosotros experirnentábamos frecuentes desilusiones especialmente al principio, cuando nadie quería escuchar la música de Los Beatles. Por eso hay que estar satisfechos con la propia creación, creer en ella, paro soportarlo todo. Yo amo la composición musical pero no diré que sea necesario entregarse y ensayar todo el tiempo. Ringo, por ejemplo, a veces llegaba y tocaba su parte. Sencillamente hay que amar su causa y darle todo de uno mismo. Si el martes y el miércoles te rechazan, el jueves ya pueden comenzar a escucharte. Siempre hay que creer en que llegará ese día. Con John llegamos a componer cerca de 50 canciones antes de que la primera fuera grabada en un disco. Hemos podido perder la fe en la número 44 o en la 46, pero llegamos a la 50 y ya ven lo que pasó".