Home

Gente

Artículo

PAREJAS DISPAREJAS

Estos son los matrimonios más insólitos del planeta.

12 de abril de 1993

SIEMPRE SE HA DIcho que el amor no conoce barreras. Pe ro estas cinco parejas, como pocas, han logrado demostrar que no hay amores imposibles. Cada uno de ellos encontró en su media naranja no sólo su complemento sino el polo opuesto de lo que son. Aunque su romance puede parecer a los ojos de los demás como una travesura de Cupido, lo cierto es que ellos han logrado sortear con éxito sus descomunales diferencias para conformar no sólo en parejas insólitas sino felices. Distanciados por la edad, el peso, la estatura o la cultura, ellos han confirmado que en cuestiones de amor no hay nada escrito.
Sesenta y un años de diferencia no fueron suficientes para impedir que Lucas Botha, un obrero sudafricano de 24 años, se enamorara perdidamente de Annie, una enfermera jubilada, de 85 años. Si a él no le importó la diferencia de edad, a ella, en compensación, tampoco pareció inmutarla el hecho de que su enamorado fuera 40 centímetros más alto que ella. El amor surgió a primera vista. A la celebración del matrimonio, realizado en Pretoria, no sólo asistieron los hijos sino también los nietos y bisnietos de la novia.
Lo mismo le sucedió al actor francés, Hervé Villachaize, hoy nacionalizado en los Estados Unidos. "Tatoo", el enano más famoso del cine encontró a su media naranja durante la filmación de la serie de televisión "La isla de la fantasía". Aunque salta a la vista que ella no es una mujer hecha a su medida, pues el actor francés mide apenas 110 centímetros, Torri Talent, su rubia y estilizada esposa, a pesar de llevarle 50 centímetros de es tatura, sostiene que está profundamente enamorada de su marido, de 60 años, a quien describe como "un gran hombre".
Un caso similar es el del gigantón de Hollywood, el actor Richard Kiel, conocido por su papel como "Mandíbula", el terrible enemigo de James Bond. Kiel tiene que arrodillarse para besar a su esposa. Y no sólo como un gesto de adoración sino porque él es 60 centímetros más alto: ella mide 158 cm y él 218 cm. Pero la diferencia de estatura sólo parece contar a la hora de mirarse tiernamente a los ojos. La feliz pareja lleva 20 años de matrimonio y tiene cuatro hijos.
Otro personaje con razones de peso para entrar en el grupo de las parejas disparejas es el famoso luchador de sumo Konishiki.
Este hombre descomunal, con 236 kilos de peso, tiene un inusitado éxito entre las japonesas y es considerado uno de los "sex simbol" de su país. Konishiki se enamoró locamente de una frágil mujer, Sumika, de apenas 50 kilos. La pareja contrajo matrimonio recientemente. Y los 186 kilos de diferencia los ha convertido en la pareja más famosa de Japón.
Pero el amor no sólo derriba las barreras físicas, también logra traspasar las culturales. Un ejemplo de ello es la increíble historia de amor de la sueca Sylvia Pirelli, quien durante un safari en Kenia, encontró al hombre de su vida. El corazón de la antropóloga fue flechado en forma fulminante por un joven guerre ro masai, de 22 años. A pesar de la diferencia de costumbres y de que los separen miles de años de civilización, ella considera apasionante el mundo de su marido. Mientras ella se declara la mujer "más feliz del mundo", él trata a su esposa como si fuera un regalo de los dioses.
La verdad es que mientras la mayoría de los matrimonios en el mundo achacan sus problemas a la incompatibilidad, a estas pa rejas es precisamente esa gran diferencia la que los ha unido.