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Peter y Harry Brant | Foto: .

RIQUEZA

Peter y Harry Brant: los príncipes de Estados Unidos

EE.UU. es un país sin títulos nobiliarios, pero si los tuviera, los excéntricos y exageradamente ricos adolescentesBrant serían de la realeza de Nueva York.

12 de enero de 2013

Cuando iba a cumplir nueve años, Harry Brant se obsesionó con el mundo corporativo y quiso que de cumpleaños le regalaran acciones de la bolsa. Su padre, el coleccionista de arte Peter Brant, dueño de una fortuna de 500 millones de dólares gracias a la imprenta SP Newsprint Co, decidió darle acciones de Apple. Tras el boom de la compañía tecnológica, el pequeño Harry vendió su parte y quiso comprarle una costosa obra de arte al aclamado Josh Smith. Pero Smith prefirió regalársela de cumpleaños cuando el chico cumplió trece.

Ese es el diario vivir de Peter y Harry Brant, de 19 y 16 años, respectivamente. Los hijos del magnate y la exsupermodelo Stephanie Seymour están empezando a labrarse el camino en la alta sociedad neoyorquina. Son invitados de honor en cuanto desfile de modas, exposición de arte e inauguración de galerías se realizan al rededor del mundo. Por eso, las comparaciones con Paris y Nicky Hilton no se hicieron esperar, pues también crecieron rodeados de joyas, trajes de diseñador, autos y celebridades.

Su sentido de la moda es ya legendario y sirve de inspiración para decenas de páginas web. Además, sus excentricidades causan cada vez más sensación en ese país. El año pasado planeaban llegar a la gala anual del Museo Metropolitano de Nueva York en un carro Rolls Royce y con una cría de pantera que tendría un collar de diamantes. Esto porque según ellos: “No eres nadie hasta que PETA [la poderosa asociación protectora de animales] te ama o te odia”. No contentos con eso, el pequeño Harry espera escribir sus memorias pronto para que sean adaptadas al cine y que la directora Sofía Coppola las dirija.

Por su parte, el mayor de los hermanos, quien se hace llamar Peter II, saltó a la fama en enero de 2011 cuando varios medios publicaron fotos en que aparecía casi que besando a su madre y cogiéndole un seno. Entonces, el chico dijo que era homosexual y que eso podría haber alterado la relación que tenía con su mamá. Desde esa época ha desviado la atención del escándalo y se ha preocupado por presentarse como un ícono de la moda y el buen gusto.

Como su padre, también está empezando a cultivar su colección de arte, por lo que se describe en su perfil de Facebook como “diseñador, coleccionista, miembro de la alta sociedad y modelo”. Estudia Historia del Arte en la Universidad de Hunter en Nueva York, una de las más selectivas del país. También, desde el año pasado toma clases de actuación en Bard, una institución privada y la décima universidad más costosa de Estados Unidos según CNN.

Más que adolescentes preocupados por el estudio y por pasar un buen rato con sus amigos, parecen celebridades siempre listas para caminar por la alfombra roja. Tanto así que desde hace un tiempo The New York Times y la revista Vanity Fair les siguen los pasos y retratan cada una de sus acciones.

Sus defensores se refieren a ellos como “las Hilton, pero con sustancia”. Sin embargo, dicen cosas como: “Yo viviría eternamente si pudiera hacerlo con otra persona. Haríamos cosas impresionantes a lo largo de los siglos y en algún momento podríamos decir: “¡Wow! ¿Recuerdas a Miguel Ángel (el artista)?”. Por lo menos no han sacado un video erótico.